PACHECAS A BELÉN
Para quienes quieren reír sin parar con la anti-pastorela más perra de los últimos 28 años.
PACHECAS A BELÉN
“La envidia es el único pecado que no se goza.”El Ángel Gabriel ha hecho su aparición y anunció: el hijo de Dios ha nacido. Las pastorcitas Luminosa, Blandina y Severina, deseosas de alabar al niño Jesús, emprenden su camino hacia Belén. El camino no será fácil, pues tendrán que sufrir las inclemencias del camino y resistir a las tentaciones que Satanás pondrá en su camino. Este podría ser el planteamiento para una bella pastorela, una hermosa tradición mexicana que une a la familia. No se confundan, nada más lejos de eso. Nada.
“¡Ahora resulta que a estas dos se les apareció un Ángel con un pito de dos kilos!”¿Cómo saber que ya llegó la navidad? Algunas personas lo saben por el calendario, otras por las decoraciones alusivas en los centros comerciales; algunos lo notarán por los villancicos en el radio, pero, como lo ha sido por los últimos 28 años, la navidad llega para la comunidad gay porque “Pachecas a Belén” se ha vuelto a estrenar.
“No me critiques, no me juzgues, primero prueba.”Concebida hace 28 años como un divertimento para amigos, en la sala de una casa, “Pachecas a Belén” ha ido cobrando fuerza año con año hasta convertirse en fenómeno y una especie de leyenda entre la comunidad gay. Una visita obligada cada diciembre para muchos, que siguen el montaje de teatro en teatro, de elenco en elenco y año con año, “Pachecas a Belén” no sólo será disfrutado por su público target, sino por todo aquel que disfruta del humor sarcástico llevado hasta sus últimas consecuencias.
“Síganse riendo de sus pendejadas, por eso está desubicada.”Más un espectáculo de carpa o de cabaret que una obra de teatro, “Pachecas a Belén” toma como excusa la clásica historia de la bonita pastorela mexicana para darse vuelo en una master class de sarcasmo, ironía, jotería, humor y básicamente perrez. Interacción directa y agresiva con el público, que no sólo ríe, sino que participa y pide más, un texto que no me puedo imaginar en papel, pues me queda claro que un alto porcentaje de la obra es improvisado en escena y un nivel de ingenio por parte de los actores hacen del montaje uno de los espectáculos más divertidos, no sólo de la temporada navideña, sino de todo el año.
“¡Pegan como hombres!”Muy a la usanza de las grandes obras de los tiempos de Shakespeare, todos los papeles en “Pachecas a Belén” son interpretados por hombres. Así es, las pastorcitas son pastorcitos que disfrutan enormemente de los tacones que usan, de las grandes faldas que presumen o de sus pestañas. Les juro que nunca había visto unas pestañas tan largas en mi vida sobre un hombre, o, ahora que lo pienso, sobre cualquiera. El Demonio también es interpretado por un hombre, aunque con una ligera modalidad: El mismísimo Satanás es María Félix vuelta draga. Sea uno homosexual o heterosexual, hombre o mujer, la premisa es sencillamente irresistible.
“Esta se ha chupado más pitos que popotes.”Siempre se ha dicho que para que un público disfrute una obra, primero la deben de disfrutar los actores. En toda una vida de ir al teatro creo que nunca he visto a un elenco divertirse tanto sobre el escenario de forma tan cínica y abierta. Javier Yepes, mejor conocido como Mamamela en programas como «Desde Gayola» y «Farandula 40», Jorge Cahero, Sergio Alazcuaga y Rogelio Suárez se carcajean de sus propios chistes, se les olvida a momentos lo que sigue, improvisan y a cada traspié que dan, la obra sólo se enriquece más y más. Probablemente el montaje original duraba mucho menos, pero se nota que con cada función algo se inventan, dependiendo de qué nueva perreada se avienten, qué chiste improvisen o la manera en que interactúen con el público. Ciertamente el corazón de “Pachecas a Belén” está en el texto, pero su alma está en los actores que sencillamente contagian su diversión y la expanden a cada nueva risa que nos provocan.
“Mejor madreala, pero no la desmaquilles.”Hay obras de teatro que existen en cartelera por años y años y uno, por un sin número de razones, simplemente no va a verlas. Una vida entera de ir al teatro y nunca vi, por ejemplo, “El Diluvio que Viene”, “El Diario de un Loco” de Carlos Ancira o, más recientemente, “El Chofer y la Señora Daisy”. Excusas hay siempre y hay más obras en cartelera que tiempo. “Pachecas a Belén” estaba en esa lista y, ahora que la he visto, yo confieso que probablemente esté en fila para verla el próximo diciembre… y el siguiente… y el siguiente.
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