MOZARTEANDO A IONESCO
Para quienes quieren ver Teatro del Absurdo bien hecho.
MOZARTEANDO A IONESCO
“Están hablando para no decir nada.”Música de Mozart inunda la sala. Estamos escuchando un minueto mientras un arlequín nos da la bienvenida. ¿Por qué música de Mozart? No tengo la menor idea. ¿Qué hace un arlequín presentando las obras que vamos a ver? No tiene sentido. Exactamente. Estamos ante el Teatro del Absurdo y todo se vale. Lo ilógico es válido y lo ridículo es cosa común. Eugéne Ionesco está en la sala.
La Segunda Guerra Mundial ha terminado y el mundo está de cabeza. Ya nada volverá a ser como antes. La idea de que cuarenta millones de personas hayan muerto, que una bomba fuera capaz de destruir ciudades enteras, que se hayan construido campos de concentración donde se fabricaba jabón de grasa humana, todo es absurdo. Todos estos hechos desafían la lógica y la razón.
Es a partir de esto que nace, en los años cincuenta, el Teatro del Absurdo; una reacción en contra del teatro tradicional, buscando respuestas a un mundo carente de sentido. La voz principal de este movimiento fue la de Eugéne Ionesco. Sus obras describen, en esencia, la ridícula e inútil existencia humana en un universo totalmente impredecible, en el cual, debido a sus innatas limitaciones, las personas son incapaces de comunicarse unas con otras.
“Mozarteando a Ionesco” nos brinda un menú de degustación, presentando tres obras cortas del autor francés, utilizando a Mozart como hilo conductor. Insisto, Mozart no tiene nada que ver con Ionesco o con las obras presentadas, pero como estamos dentro del absurdo, se permite. “Escena Para Cuatro Personajes”, “La Lección” y “El Nuevo Inquilino” son una buena selección para quienes nunca han visto este tipo de teatro, acercándonos a lo que uno de los más grandes dramaturgos del siglo XX quiso explicar, sin que le podamos entender, aparentemente.
Dado que cada obra está montada como una unidad separada de las otras, reseñaré cada una, para brindar mi conclusión al final.
ESCENA PARA CUATRO PERSONAJES
“No soy absolutamente nada terco.”Tres hombres, vestidos exactamente de la misma manera, pero sin ser la misma persona, discuten. ¿O serán la misma? Tal vez podrían ser representaciones del yo, el id y el super-yo. Siempre cabe esa posibilidad. Les preocupan las macetas. Discuten sobre la forma en que se discute. Pelean por la necedad de no ser necios. Los tres son niños que tienen que tener la razón y deben tener lo que desean en el momento en que así lo deciden. Evidentemente, cuando ella, la mujer bonita, entra en escena, lo único que puede suceder es que la quieran para ellos. Una especie de canibalismo absurdo a punto de comenzar.
“Esto es completamente idiota.”Geno Sánchez, Diego Estrada y Nacho Rodríguez funcionan como una unidad coordinada, como si fueran parte de la maquinaria de un reloj. Un reloj muy ridículo, ciertamente, pero que se mueve en perfecto unisón. Lo absurdo de los diálogos cobra fuerza a medida que los tres actores se logran mover sin diferenciación entre uno y otro. La entrada de Marcela Morett como La Dama Bonita al final de la escena sorprenderá a todos ante un excelente uso de luz negra.
La comunicación es sin razón y superficial. Somos seres humanos con capacidades magistrales de razonamiento y podemos pasar una vida entera discutiendo estupideces conectadas con la cotidianidad del diario existir. Un excelente entremés para entender que es el mundo dentro de la mente de Ionesco, antes de adentrarnos en sus trabajos más profundos.
LA LECCIÓN
“Ha llegado su alumna.”Es hora de la clase y tanto maestro como alumna están listos. La única que tiene sus dudas sobre el éxito de esta sesión es la criada, pero a nadie le interesa lo que ella tenga que opinar. La alumna claramente está muy avanzada y logrará su doctorado en poco tiempo pues entiende que dos más uno es tres. Su memoria y su poder de lógica serán sus herramientas y el deseo de enseñar de su profesor, su mejor aliado. Matemáticas y filología serán los temas a aprender pero un dolor de muelas hará todo más difícil. Quizás con un cuchillo todo se pueda entender mejor.
“Me duelen las muelas.”Hay que aceptar que mucho del esquema de educación tradicional es absurdo si lo ponemos bajo la lupa, que es exactamente lo que Ionesco busca con “La Lección”. Entre más trate de enseñar el profesor, menos será lo que aprenda la alumna, que a fin de cuentas todo lo que absorba será inútil al final. La incomunicación y la futilidad de educar quedan patentes en esta historia de terror que Ionesco escribió como una dura crítica a un mundo que se dejó de escuchar tras una guerra que hiciera cualquier conocimiento adquirido absolutamente inútil.
La transformación de Ricardo Brust, como el profesor, de un tímido pusilánime al monstruo que domina a su pupila es monumental. Una voz que derrama pedagogía se vuelve atemorizante a medida que el poder de su sabiduría domina por completo. Su contraparte, Marisol Paredes se entrega por completo al papel seductor e infantil de la alumna, dejándome con la duda de que tanto le deben de doler los brazos al final de la función. Tendrían que verla para entender el por qué.
Una obra muy difícil de montar debido a la complejidad de su temática y de los diálogos mismos, “La Lección” es una buena clase de cómo se debe de montar a Ionesco.
EL NUEVO INQUILINO
“La semana pasada, todavía no era su casa.”El nuevo inquilino ha llegado a su departamento. El lugar está completamente vacío. La portera lo recibe con una espantosa perorata llena de chismes y de intereses ocultos que marean y desesperan, mientras que él toma medidas del espacio para que todo pueda entrar y ser acomodado. La mudanza llega y las pertenencias del hombre empiezan a tomar su lugar. Todo se llena, todo se arrejunta y no queda espacio para nada más, ni siquiera para el inquilino mismo.
“Está usted en su casa.”Llamado un “espectáculo de aterrorizante simpleza”, “El Nuevo Inquilino” abandona toda estructura tradicional a medida que Ionesco busca crear en el escenario la imagen de una vida. Primero vacía, se empieza a llenar y repletar de posesiones, de experiencias, de recuerdos, que terminan por ahogar y, finalmente, paralizar. La soledad de un hombre que termina en un cuarto completamente lleno de cosas.
Un contraste absoluto entre las actuaciones de Marcela Morett como la portera y la de Manuel Castillo como el inquilino. Morett se transforma en una deforme criatura cuya fealdad de cara palidece ante lo horrenda que es su alma; más grotesca junto a la pasividad y calma del señor que sólo busca estar en paz con sus cosas. El cuadro final de la obra resulta de una tristeza patética.
Como mencioné en un principio, se pretende que Mozart sea el hilo conductor entre las tres obras, junto con Roberto Cuevas como el “Mozarlequín” que nos sirve como presentador de cada una de ellas. Esto no es cierto. El verdadero factor que une e hila a las obras es la dirección de Renato de la Riva. Claramente un experto en Ionesco, Renato monta tres obras diferentes, dando el valor justo y necesario a cada una de ellas. Mientras que “Escena para Cuatro Personajes” está dirigida de manera ligera y ágil, “El Nuevo Inquilino” se vuelve apesadumbrada y oscura en sus manos, como lo exige el texto. “La Lección” es precisa en su ritmo, siendo ridícula y terrorífica al mismo tiempo. Un verdadero logro de dirección escénica.
“Mozarteando a Ionesco” es un trabajo sólido que debería ser visto por todo aquel estudiando teatro para poder entender claramente lo que es el Absurdo. Me encantaría ver qué puede hacer este equipo con un “Esperando a Godot”. Sólo una idea. Espero alguien me haga caso.
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