LOS OJOS
Para quienes se atreven a adentrarse en la oscuridad que provoca la ceguera, ya sea física o emocional.
LOS OJOS
“Están viendo lo que yo veo.”
En la ceguera de Pablo, Nela encontró todo lo que alguna vez deseó, incluyendo el amor. En esa oscuridad en la que vive, aquella que todos los doctores le aseguraron cuando niño que nunca desaparecería, es en donde una devota e insegura muchacha ha puesto todas sus esperanzas. Las maletas están hechas, un cigarro prendido para hacerla bella y la historia que poco a poco se irá revelando entre las tinieblas es realmente la de una mujer condenada a nunca poder escapar de su infelicidad.
“Todo esto es muy raro, pero nos está pasando.”
Pablo Messiez, uno de los dramaturgos argentinos de mayor renombre en la actualidad, se adentra en la más profundidad de las cegueras, esa que se aloja no en los ojos sino en el alma, en “Los Ojos” una pieza de corte melodramático que toma por sorpresa y por asalto al espectador gracias a una profunda inteligencia y un claro entendimiento de la manipulación con una historia que de entrada pareciera haber salido de una clásica telenovela pero que poco a poco se revela como una propuesta asombrosa, profunda y dolorosa. Esto, se consigue a través de toda una serie de capas y lecturas en la narrativa que dejan sin aliento al mismo tiempo que arrancan varias carcajadas con un sentido del humor que de inmediato remite a las películas de Almodovar.
“La voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas.”
A través de cuatro personajes que van de lo más simple a lo inmensamente complejos, “Los Ojos” sumerge al espectador en un remolino de emociones y conflictos en un mundo donde todos cada uno de los involucrados están tratando de escapar de su situación actual. El dramaturgo, en un despliegue de capacidad narrativa, presenta en un inicio una historia de amor sencilla que a través de una exquisita manipulación del entendimiento del espectrador va más allá de lo que se ve en un juego de reinterpretación que lleva a la más intensa insatisfacción en voz de una doctora tratando de encontrarse a sí misma en medio de la nada y en una madre castrante que trata de ocultar todo aquello que la aleja de su propia felicidad.
“A mí no me está saliendo todo esto de vivir la vida.”
Un texto de la complejidad que presenta “Los Ojos” demanda una escenificación que sea capaz de llevar los diferentes matices a buenos términos. La dirección que propone Cristian Magaloni, la más sólida a la fecha en su carrera, no sólo logra el cometido, sino que lo eleva a nuevas dimensiones, explorando los distintos niveles en la obra a través de varias imágenes. Ya sea sumergiendo el escenario en total obscuridad o usando maletas como símbolos diversos a lo largo de la puesta en escena, es loable el claro trabajo de investigación que Magaloni ha realizado para poder hacerle justicia a las palabras del dramaturgo.
“Soy ciega de todo lo que no conozco.”
Una chica retraída, insegura y por demás devota le reza con desesperación a la virgen para que aquello que más desea su novio invidente no sea verdad. Una doctora que pareciera provenir de una realidad alterna trae consigo milagros imposibles de creer, al mismo tiempo que guarda un secreto en la mirada que pareciera a momentos no dejarla respirar. Una mujer discute con furia con un operador telefónico ante la inigualable desesperación de no poder realizar esa llamada que tanto tiempo ha deseado hacer. Cada una de las actrices que conforman parte del elenco de “Los Ojos” se entrega de lleno al proyecto tanto con fractura como honestidad, siendo que cada una de ellas se maneja, muy a propósito, en tonos distintos. Mientras que Assira Abate conmueve y conflictúa al espectador con un egoísmo producto de sus carencias como la frágil Nela, Ana Kupfer es deliciosa en su frenética creencia de la capacidad sanadora que se encierran en sus manos. Sin embargo, es Sara Nieto quien impacta y se lleva por completo las palmas en esta puesta en escena interpretando a Natalia, el verdadero personaje eje de la obra, quien entrega sendos monólogos de verdadera hilaridad y dolor, incluso haciendo referencias a Las Tres Hermanas de Antón Chéjov con una capacidad actoral de realismo tal que resulta imposible imaginar a otra actriz realizando un trabajo de igual calidad. Mis respetos absolutos a Sara Nieto por entregar lo que, hasta ahora, ha sido la mejor actuación femenina en teatro que he visto en lo que va del año. El cuadro actoral lo completa Roberto Beck, quien en el papel del ciego Pablo realiza una fuerte labor aun cuando resulta necesario un mayor trabajo de investigación y exploración para realmente ser convincente en el papel de una persona que nació sin vista.
“¿Tú sabes siempre por qué lloras?”
Tras más de siete años trabajando a lado de personas con discapacidad visual como voluntario en la Asociación Ojos que Sienten he descubierto que el no poder ver no significa que una persona tenga que sumergirse en la oscuridad. Muy al contrario, he descubierto personas que cargan su propia luz mientras caminan con un bastón, que brillan con la mirada apagada, que irradian una felicidad capaz de iluminar a todos los que lo rodean. Al mismo tiempo he conocido gente que, a pesar de tener una visibilidad perfecta, se encuentran ciegos ante todo aquello que los sumerge en la tristeza incapaces de salir de ese hoyo negro de su propia creación. ¿Tú dónde te encuentras? ¿Qué tan ciego crees que seas ante tus propias carencias, miserias o imperfecciones? ¿Qué estás haciendo para remediarlas?
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Los Ojos”
DRAMATURGIA: Pablo Messiez
DIRECCIÓN: Cristian Magaloni
ACTÚAN: Sara Nieto, Assira Abate, Roberto Beck y Ana Kupfer.
DÓNDE: Foro Lucerna
DIRECCIÓN: Lucerna 64, Colonia Juárez.
CUÁNDO: Martes 20:30
COSTO: $ 285 . Boletos en taquilla y en sistema ticketmaster
DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera.
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