LAS MENINAS: YO, LA PEOR DEL MUNDO
Para quienes desean carcajearse con las damas de Ibarguenguer en su nuevo palacio y con mucho rompope.
LAS MENINAS: YO, LA PEOR DEL MUNDO
“¿Quién osa perturbar la paz de este convento?”
Las siempre finas, recatadas y elegantes Meninas Novohispanas están de manteles largos. A fin de cuentas, no es cosa de todos los días estrenar nuevo palacio. Como parte de las celebraciones, Doña Bárbara, Alma María y la siempre flemática tía Cecilia han decidido traer de vuelta uno de los temas más aclamados en sus tertulias: la verdad detrás de una de las máximas figuras de las letras mexicanas. Sus palabras fueron bellas, sus apetitos un tanto escandalosos, su devoción por la fe un tanto cuestionable; Sor Juana Inés de la Cruz, en toda su complejidad, bien merece un buen trago de rompope.
“Inocente yo, que vengo de confesarme.”
Tras el muy lamentable cierre del Teatro NH el año pasado, el espectáculo de cabaret de Las Meninas Novohispanas, creado por el dramaturgo Hugo Isaac Serrano y el director e historiador Luis Huitrón, se vio en la necesidad de encontrar un nuevo hogar. El Foro Lenin Roma, bajo la administración de La Teatrería, es el nuevo espacio que les abre las puertas, brindando un espacio mucho más amplio en el escenario para poder presentar en todo su esplendor el más reciente capítulo de la serie: “Las Meninas: Yo, la Peor del Mundo”. Aun cuando este episodio en torno a la vida y obra de Sor Juana Inés de la Cruz ya se había presentado con anterioridad, la dramaturgia ha sido renovada para incluir temas como la Cuarta Transformación, la salida de EPN del poder o explorar el muy adictivo gusto que le tiene la tía Cecilia a cierta bebida embriagante.
“Bastarda, lasciva y sin dinero, ¿quién iba a querer casarse con ella?”
¿Qué tenía Juan de Asbaje en común con un grupo de música pop ruso? ¿Es posible preparar rompope con Stevia en el convento de las Carmelitas Descalzas? ¿Qué tipo de cerveza beben las monjas cuando no tienen dinero? “Las Meninas: Yo, la Peor de del Mundo” es un regresar a lo que las Meninas saben hacer mejor: narrar la historia con gran humor e indiscutible verdad. La irreverencia política está presente, al igual que las eternas peleas entre las discordantes personalidades de las damas de Ibarguenguer. Sin embargo, lo que en esta ocasión brilla por su tan alto nivel de comicidad son los números musicales. Canciones de Mecano, Ana Gabriel y Banda Zeta provocan sendas carcajadas de entre las butacas, ninguna tanto como el clásico de Little Peggy March en uno de los finales más hilarantes e inesperados en toda la serie en el que todo un coro de monjas se apropia del escenario.
“Me pregunto si el matrimonio con Cristo era por bienes mancomunados.”
Con un esplendido vestuario diseñado por Marina Orozco y libres de las limitaciones que ceñían el escenario anterior, la dirección de Luis Huitrón a “Las Meninas: Yo la Peor del Mundo” se percibe mucho más dinámica y fluida. A pesar de que ciertas transiciones se entorpecen, principalmente al final de la puesta en escena debido a un complicado cambio de vestuario, Huitrón resuelve el montaje en un universo consistente con lo que ha hecho en ocasiones anteriores, siguiendo la fórmula que ha convertida a las Meninas en una de las opciones obligadas de la cartelera teatral en cada una de sus nuevas presentaciones.
“Era monja, no tonta.”
A regañadientes la Tía Cecilia acepta una copita de rompope. Le sigue otra… y otra más. El efecto embriagante no se hace esperar y la siempre conservadora, católica, apostólica y romana aristócrata se relaja, no sólo en su actitud sino hasta en sus morales. Aun cuando la dramaturgia de Las Meninas siempre se ha centrado en la figura de Doña Bárbara, interpretada con copiosa comicidad por Luis Huitrón, el personaje de la Tía Cecilia ha ido cobrando mayor y mayor peso con cada nuevo episodio, principalmente gracias a la sólida manera en que Christian Escorcia se ha apropiado del personaje y lo ha dotado de un verdadero peso escénico que va más allá de la mera comedia. En esta ocasión tener la oportunidad de ver a la tía Cecilia coqueteando con un incauto miembro del público es sin duda uno de los puntos más altos del montaje. El cuadro lo completa con sólida calidad Cristina Cortés en el papel de Alma María, la judía que en esta puesta tiene la oportunidad de convertirse en una monja intelectual muy fresa. Un punto importante a mencionar es que “Las Meninas: Yo, la Peor de Todas” ya no cuenta con la presencia de Pomponio el lacayo, una ausencia que ciertamente pesa ya que el personaje se había ganado su lugar en el espectáculo.
“Donde manda arzobispo no gobierna monja.”
Son dos años en los que he seguido de manera ininterrumpida a las Meninas Novohispanas y nada me es más grato que el darme cuenta de que mi gusto por las damas de Ibarguenguer no ha menguado en absoluto. Desde la primera vez que las vi hablando sobre la vida de Jesús ataviadas de luto hasta ahora que abordan a la sáfica Sor Juana, pasando por Hernán Cortés, Santa Anna, Porfirio Díaz, la Santa Inquisición y el día de Muertos, cada vez que me he sentado en una butaca para ver su propuesta he sido recompensado con un mayor o menor grado de carcajadas, siempre aprendiendo algo nuevo de la historia de México, siempre esperando con ansias el siguiente tema. ¡Larga vida a las Meninas estén en el escenario que sea!
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Las Meninas: Yo, la Peor del Mundo”
DRAMATURGIA: Hugo Isaac Serrano
DIRECCIÓN: Luis Huitron
ACTUAN: Luis Huitron, Christian Escorcia y Cristina Cortés.
DÓNDE: Foro Lenin Roma
DIRECCIÓN: Mérida 98. Colonia Roma Norte.
CUÁNDO: Jueves 20:30 y Domingo 13:30 horas. Hasta el 3 de Marzo.
COSTO: $350. Disponibles en taquilla y https://www.lateatreria.com/lasmeninas
DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con valet parking o estacionamiento.