Para quienes quieren ser testigos de un debate teológico/intelectual sobre Dios.
LA ÚLTIMA SESIÓN DE FREUD
Por Juan Carlos Araujo
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (@RiAlCastillo)
“Si usted asumió que yo estaría tan ofendido, ¿por qué vino?”
El grito de las sirenas antiaéreas suena por las calles de Londres, premonición aterradora de la guerra que en tan sólo unos minutos se declarará. La batalla personal de un monstruo está a punto de comenzar y cobrará millones de vidas, pero por ahora este es un buen momento para sentarse, relajarse lo más que se pueda, dadas las circunstancias, y comenzar una charla entre caballeros. Una amistosa discusión entre dos hombres refinados, educados, respetados en sus propias áreas de conocimiento será un encarnizado campo de batalla donde el sexo, la religión, los padres, Hitler, la salud y la mismísima existencia de Dios entrarán en tela de juicio. No dejen que el olor a muerte que emana de una boca podrida los aleje, este debate tiene que ser escuchado.
“No puede reducir la fe a una institución.”
Un imaginario encuentro entre el padre del psicoanálisis y uno de los escritores de fantasía más emblemáticos del siglo XX es el punto de partida que toma el dramaturgo estadounidense Mark St. Germain para construir “La última Sesión de Freud”, a partir del libro “The Question of God” del Dr. Armand M. Nicholi Jr. Esta inteligente, casi intelectual, pieza de drama narrativo expone toda una serie de puntos en contención entre Sigmund Freud, a tan sólo tres semanas de morir víctima del cáncer de boca, y C.S. Lewis, hombre convertido al cristianismo y autor de “Las Crónicas de Narnia”. A medida que la existencia de Dios es fervientemente defendida por Lewis y Freud expone sus visiones sobre la sexualidad humana, el espectador se verá obligado a cuestionar sus propias posturas al respecto mientras que sus capacidades de raciocinio y de atención son estimuladas.
“El psicólogo no profesa la arrogancia de la religión.”
“La Última Sesión de Freud” no es una obra fácil. Al no existir dentro de la trama un verdadero conflicto entre los dos personajes, salvo sus opiniones divergentes sobre toda una variedad de tópicos, el montaje se podría reducir a un simple escaparate donde dos personas se ponen a discutir para beneficio de los asistentes. Sin embargo, estas no son meramente dos personas, sino dos de las mentes más brillantes de todo un siglo, visionarios y transformadores de la manera en que se entiende el mundo actualmente, y Mark St. Germain ha logrado capturar con fineza, sentido del humor e impresionante inteligencia las posturas intelectuales de Freud y Lewis de manera tal que este mero hablar, durante casi hora y media, se pase en un abrir y cerrar de ojos, dejando en cada uno de los presentes una mente revolucionada en necesidad de digerir lo que ha presenciado.
“Usted cree en las revelaciones, yo creo en la ciencia.”
La propuesta de dirección a cargo de José Caballero es atrevida, a partir de una conceptualización visual del montaje que podría sobre-complejizar las palabras de St. Germain. La presencia de una pirámide a lo largo de todo el escenario y el uso de video proyecciones alusivas a diferentes aspectos científicos o divinos, son elementos que claramente rompen con el realismo con que fue escrita la obra, sin necesariamente aportar algo realmente vital a la escena. Sin embargo, el ritmo pausado, dramático y consistente en el montaje, las intenciones bien marcadas en los diálogos y un muy claro entendimiento de los preceptos a discutir a lo largo de toda la trama son marcas de la experiencia y oficio que han llevado a Caballero a ser reconocido como un gran director dentro de la escena mexicana contemporánea.
“La biblia es un bestiario de sexualidad.”
Partiendo de la premisa de que “La Última Sesión de Freud” ha sido construida como una obra donde dos intelectuales se sientan para discutir temas tan delicados y complejos como pueden ser la guerra, el sexo, la familia y la existencia de Dios, resulta evidente que la necesidad de dos grandes actores es imperante para que el montaje pueda llegar a ser exitoso. Sergio Klainer y Darío T. Pie son los encargados de dar vida a Freud y Lewis respectivamente y no hay forma de discutir que son ellos la principal razón para aplaudir este poderoso montaje. Klainer encarna a Freud con absoluta credibilidad, provocando que el público se deje llevar por un sentimiento de rechazo por el psicoanalista vanidoso, arrogante y pretencioso, al mismo tiempo que un sentimiento de piedad y conmiseración por un anciano de 83 años de edad, sufriendo de terribles dolores a causa del cáncer que sufre en la boca, invade a toda la sala. Darío T. Pie nos recuerda, a quienes hemos reído a carcajadas con su emblemático personaje de “La Roña”, que es un actor muy capaz de asumir roles serios con gran entrega. A medida que vaya tomando mayor posesión de su personaje y trabaje en acentuar un poco más los matices de sus emociones, encontrará su desempeño como Lewis mucho mejor, consiguiendo que la guerra de poderes que se lleva a cabo entre estos dos personajes resulte muchísimo más fascinante a los espectadores.
“Yo niego la existencia de los unicornios.”
Creo en Dios, más no creo en una religión. Creo en una entidad suprema que se encarga de dar orden y forma a un universo dominado por un aparente caos. No puedo creer en la existencia de un ser supremo que interactúa directamente con los humanos, que deja por escrito sus mandamientos y que pone a su hijo en la Tierra para que muera y nos dé una lección. Soy el Freud de mi propia historia y mi problema es que he decidido pasar el resto de mi vida con el equivalente a C.S. Lewis. No estoy de acuerdo ni con el cinco por ciento de sus ideas respecto a la religión, y sin embargo respeto, o al menos lo intento. Tantos y tanto millones de personas han muerto a lo largo de la historia de la humanidad bajo la bandera de defender la única verdad que uno pensaría que en pleno siglo XXI ya habríamos aprendido que somos diferentes, pensamos diferente, creemos en cosas diferentes y que la única forma posible de alcanzar la paz radica en nuestra capacidad de entender y respetar la diversidad. Si prendemos el noticiero nos podemos dar cuenta de que no hemos aprendido nada. Es por ello que yo vivo en paz dentro de mi ateísmo, pretendiendo no ver el Santo Niño Jesús que se encuentra en una esquina de mi casa. Amén.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “La Última Sesión de Freud”
DRAMATURGIA: Mark St. Germain
DIRECCIÓN: José Caballero
ACTUAN: Sergio Kleiner y Darío T. Pie.
DÓNDE: Teatro Helénico.
DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Colonia Guadalupe Inn.
CUÁNDO: Viernes 20:30, Sábado 18:00 y 20:30 y Domingo 18:00 hrs.
COSTO: $450 y $300. Disponibles en taquilla y Ticketmaster.
DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking. La Gruta es el espacio alternativo del Centro Cultural Helénico. Les recomendamos revisar su extensa cartelera.