Para quienes entienden que el amor puede ser una rebelde poesía en una trágica travesía.

LA MAÑANA DEBE SEGUIR GRIS

“¿Te sentiste conmigo la muchacha extraviada?”

En Londres, entre constantes batallas en contra del deber ser por una generación literalmente atacada por el sistema, ellos se encontraron. A pesar de la diferencia de edad, la pérdida fue un sentimiento que ambos entendían mientras que la escritura, la poesía, los unía. Una joven aspirante a escritora se ha encontrado con un mentor, con una inspiración que le despierta la imaginación y su sensualidad, una promesa de amor que repentinamente, en un instante, podría acabar.

“Se encuentra en esta ciudad una extranjera enamorada de un poeta.”

Gandora del premio Xavier Villaurrutia en 1977, La mañana debe seguir gris es una novela de Silvia Molina que plantea la relación entre una joven experimentando su primera relación afectiva con un poeta, específicamente José Carlos Becerra quien muriera en un accidente de carretera en 1970. Entremezclando la narrativa con los poemas de Becerra y otros autores de la época, este evocativo relato resultaba idóneo para el proyecto de la Compañía Nacional de Teatro llamado Martes de poesía. El resultado es una adaptación a la escena a cargo de Angélica Amparán y la también directora Sandra Félix quienes logran capturar la esencia y belleza del material original, infundiéndole una naturaleza teatral desde la narraturgia.

“Imagina lo peor para ti y lo mejor para mí.”

Ella representa la inocencia en el amor, en la sexualidad, al mismo tiempo que encarna la rebeldía de una generación trastocada por la matanza del 68 en Tlatelolco; él es la voz de la literatura de una década que termina, del romanticismo en medio de un mundo que se convulsiona entre guerras y cambios sociales; en medio de ellos está una sociedad castrante representada por una asfixiante tía, un mayordomo flemático absolutamente inglés. A pesar de haber sido escrita hace casi medio siglo, La mañana debe seguir gris resuena en la actualidad dada la universalidad de sus temas. En su versión escénica, se destaca la claridad con que las autoras han capturado la esencia de los actantes para dar vida a verdaderos personajes. En el caso de la tía, el mayordomo y una compañera de cuarto centroamericana, se crean voces humorísticas, ridículas a momentos, elemento que brinda liviandad a la narrativa. Más en el caso de ella y el poeta, se consigue un verdadero peso dramático que inyecta verdad al trayecto que emprenden los protagonistas.

“Escribe todo lo que puedas, sigue tu impulso.”

La apuesta es por la economía de recursos. Una caja blanca llena de recuerdos, algunas miniaturas para crear la ciudad de Londres, un perchero, y una mesa son tan sólo algunos de los pocos elementos que aparecen en escena. El énfasis está sobre la dramaturgia, en que las palabras cobren fuerza, se acentúen desde la escena, que el brillo esté en lo que se dice y no oscurecerlo con parafernalia innecesaria. Bajo la dirección de Sandra Félix, La mañana debe seguir gris es una puesta en escena que emula a su texto origen en su elegancia. Ejemplo de ello se puede vislumbrar en un erótico momento en que la protagonista revela su espalda, nada más que ello, símbolo absoluto de la exploración y descubrimiento de su sexualidad, todo esto sucediendo al fondo del espacio escénico. Destacando el trabajo de iluminación de Kay Pérez, quien desarrolla espacios personales para cada uno de los personajes, el montaje es un claro testimonio del cómo llevar poesía al escenario.

“Cada día soy menos niña y más mujer.”

La química entre la joven y el poeta es evidente. Ella se muestra a momentos ilusionada, embelesada por las palabras que surgen de la boca de quien desea. En otros, es una rebelde que no tiene miedo a enfrentarse al status quo, que decide marcharse de casa de su tía sin temor al vacío que se encuentra en las calles de Londres. Él por su parte encarna con una mirada al infinito, una promesa de una vida bohemia donde el romance es parte integral de su felicidad. En contraste, un caricaturesco mayordomo inglés no deja de buscar su tetera mientras camina de forma ridícula, la tía malencarada no deja de tratar de controlar a su sobrina, misma actriz que da vida a una mujer Centroamericana que desborda energía. El elenco de La mañana debe seguir gris, miembros del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro, está conformado por Estefanía Estrada, Roldán Ramírez, Miguel Cooper y Dulce Mariel. Ya sea desde un tono cercano a la farsa en caso de Cooper, o desde una contención verídica en Estrada, cada uno de los involucrados entrega un trabajo sólido para dar vida a esta puesta en escena.

“¿De quién son ahora estas palabras?”

Este es el segundo montaje que he tenido el honor de apluadir de la serie Martes de poesía que la Compañía Nacional de Teatro lleva realizando desde que inició la gestión de Aurora Cano. Este trabajo es un rescate y un homenaje de un lenguaje que cada vez, en este mundo digital y globalizado, se aprecia menos. Es mi sentir que la poesía brilla no con los ojos, sino con los oídos. Es por ello por lo que el tener la fortuna de escuchar desde la butaca tan hermosas palabras es un regalo que todos debemos de aplaudir con el alma enaltecida.

DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: La Mañana debe Seguir Gris

DRAMATURGIA: Angélica Amparán y Sandra Félix, basada en la novela de Silvia Molina.

DIRECCIÓN: Sandra Félix

ELENCO: Miguel Cooper, Dulce Mariel, Roldán Ramírez y Estefanía Estrada.

DÓNDE: Sala Héctor Mendoza

DIRECCIÓN: Francisco Sosa 159, Colonia Barrio de Santa Catarina, Coyoacán.

CUÁNDO: Martes 20:00 horas hasta el 10 de diciembre 2024.

COSTO: Entrada libre. Boletos bajo reservación al correo públicos.cnteatro@inba.gob.mx

DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.