LA CRÍA
Para quienes entienden que el amor de una madre puede ser un sacrificio grotesco, absurdo y aterrador.
LA CRÍA
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“Pronto no tendremos nada que ofrecerle y él lo sabe.”
El alimento escasea en casa y los gritos de hambre de la criatura, esos graznidos infernales que braman por más comida, traspasan los barrotes de la celda desde donde los amorosos padres se protegen de la bestia. Esa cosa que salió de las entrañas de mamá, producto de la semilla de papá, se ha convertido en un objeto de estudio, un caso fascinante para la ciencia, una misión de amor y sacrificio que una madre no desprotegerá jamás. Hay que afilar el hacha y descubrir alguna extremidad que es hora de demostrar el amor que una madre siente por su propia creación.
“Ahí está el hacha, la afilé esta mañana por si hay que utilizarla.”
El dramaturgo y director Carlos Talancón presenta una visión distópica y perturbadora sobre los alcances que el amor de una madre puede alcanzar en su pesadilla escénica intitulada “La Cría”, una obra de terror psicológico con toques absurdistas y que fuera ganadora del premio Gerardo Mancebo del Castillo 2014. Sacrificio, amor, sadismo y un toque de humor grotesco son parte de la historia que Talancón presenta con destreza y perversión, atrapando al espectador en una jaula similar a donde se encuentran los protagonistas de la obra donde sentirá repulsión al mismo tiempo que no pueda alejar la mirada.
“Ya hemos dado todo lo humanamente posible.”
Encerrados en una jaula debido al miedo que sienten por la bestia que ellos mismos engendraron, dispuestos a los extremos más alucinantes para que continúe con vida y permitiendo ser estudiados por un especialista que se interesa pero que jamás se involucra, los personajes que narran la anécdota de “La Cría” generan un cierto eco que remite a Esperando a Godot a la vez que son una especie de repugnantes zombies condenados a vivir en la miseria y el horror por su propia elección. Estos dos protagonistas son quizás el mayor logro de Talancón en su construcción dramática a pesar de un exceso de narrativa donde las anécdotas parecieran a momentos dar giros sobre su propio eje. Una mayor síntesis, sobre todo en la parte media de la obra, sería de gran ayuda a que el arco dramático fluya con mayor naturalidad y de manera más digerible para el público.
“Hacerse el desvalido siempre funciona contigo.”
A nivel escénico, la propuesta de dirección que Talancón brinda a “La Cría” es de buena manufactura en su mayor parte, siendo la presencia de una jaula en medio del escenario el principal elemento sobre el que gira el montaje aun cuando se aproveche de manera eficiente todo el espacio disponible en el Foro La Gruta. Con un ritmo pausado, apropiado para el tipo de atmósfera que se busca crear, y con un trabajo de maquillaje que convierte a los actores es seres de ultratumba, Talancón busca generar tensión en el espectador al mismo tiempo que pudiera sentirse incómodo o temeroso por su propia seguridad debido a la omnipresencia del ser que habita en algún lado del teatro. Sin embargo, a momentos pareciera que muchos de los trucos teatrales que emplea son meramente artificios sin una real justificación escénica más allá de crear algún cuadro visual o de crear una emoción en el espectador sin que realmente se entienda su contexto dentro de la historia. En la medida en que se logren conjuntar las propuestas, que en sí son provocadoras y eficientes, con el texto en una real justificación que pueda ser percibida desde la butaca el montaje cobrará una fuerza de mucha mayor contundencia.
“Hay cuerpos que están listos para el dolor.”
La desesperación y el terror que se proyecta en los ojos de un padre que sólo quiere ver televisión es igual de desquiciante que la convicción con la que una madre defiende su retorcida visión sobre lo que es el amor. Bajar de una mesa sin hacer uso de piernas o brazos o subir y bajar escaleras sin hacer uso de una pierna como parte del precio que unos padres deben de pagar por amar ciegamente a un monstruo. Las demandas psíquicas, emotivas y físicas que “La Cría” exige sobre sus actores son verdaderamente demandantes y tanto Emmanuel Morales como Miriam Balderas asumen el reto con entrega absoluta. A pesar de una cierta falta de verdad escénica en algunos momentos y caer en el humor involuntario por tomar la ruta fácil de la farsa en lugar de la verdadera comedia, ambos actores se ganan a pulso el generoso aplauso que reciben al final de la puesta gracias a un trabajo que de verdad luce y sorprende. A su lado, Javier Sánchez en el papel del examinador aporta una efímera pero interesante presencia a lo largo de la obra aunque no del todo comprendida en la forma de ser interpretada. Sin duda, “La Cria” es un trabajo actoral que saca a relucir lo mejor de dos talentos capaces de ir hasta las últimas consecuencias por sacar la escena.
“No me importa que tan dañino pueda ser, yo lo amo.”
Sería una injusticia tratar de hacer un recuento de todos los sacrificios que mi madre ha hecho por mí y por mis hermanos a lo largo de su vida. Su amor nunca ha tenido límites, jamás se ha detenido a evaluar su propia conveniencia, siempre ha puesto nuestras necesidades por encima de las suyas. ¿Es eso sano? ¿Dónde queda el ser humano en frente a la paternidad? ¿Sería yo capaz de tan monumental sacrificio? Supongo que sólo una persona que le ha dado vida a un nuevo ser humano, por más horrendo que este pueda ser, es capaz de responder a estas por demás absurdas preguntas.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “La Cría”
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Carlos Talancón
ACTUAN: Emmanuel Morales, Miriam Balderas y Javier Sánchez.
DÓNDE: Foro La Gruta dentro del Centro Cultural Helénico.
DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Colonia Guadalupe Inn.
CUÁNDO: Miércoles 20:30 hrs.
COSTO: $200. Boletos disponibles en taquilla y Ticketmaster.
DURACIÓN: 80 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking. La Gruta es el espacio alternativo del Centro Cultural Helénico. Les recomendamos revisar su extensa cartelera.