LA BALA
Para quienes tristemente entienden que parte de la rutina diaria de vivir en esta ciudad incluye la violencia.
LA BALA
“Tú tranquis, tú tranquis y, sobre todo, tú tranquis.”
6:45 de la mañana. En tres puntos totalmente distintos de esta enorme metrópolis tres personas comienzan su día. El primero con sueño en los ojos y muchos exámenes por calificar en su mochila; la segunda profundamente aburrida de toda su vida, deseando cambiarla sin saber la manera; el tercero bebiendo nescafé, comiendo un pan dulce y dirigiéndose a la calle con una pistola en la cintura. Su encuentro será en el interior de un camión, sus destinos cambiarán de manera irremediable.
“Es más fácil en las mañanas, estás dormidos como becerritos.”
El hastío del diario ir y venir en una rutina interminable del trabajo y de regreso a casa, así como la violencia que existe hoy en día en la Ciudad de México, al igual que en el resto del país, es retratada de manera contundente y poética a la vez en “La Bala”. Este texto de Sergio López Vigueras y ganador del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo 2017 muestra el mundo interno que viven dos pasajeros y un delincuente dentro del contexto de un asalto en el interior de un transporte colectivo.
“Hasta los asaltos tienen que ser una rutina.”
Un peligroso y aterrador evento que posiblemente sucede en un lapso no mayor a cinco minutos es narrado con honestidad y crudeza, pero también con belleza e imaginación, a lo largo de 50 minutos a través de congelar la acción mientras se presentan los pensamientos de los tres personajes. De tal manera, el simple llegar a una parada de camión o el pavoroso sentir de un acoso sexual son detallados con imágenes vívidas que inspiran la mente del espectador a través de las palabras de López Vigueras. Sin embargo, lo que verdaderamente distingue “La Bala” es la manera tan clara y precisa en que el autor no toma postura alguna sobre los hechos que presenta, limitándose a exponerlos de manera neutral para que cada testigo llegue a sus propias conclusiones dependiendo de los referentes y experiencias que cada uno trae a la butaca.
“Siente el frío del cañón de tu propia pistola en tu nuca.”
A dos frentes, el interior del camión se encuentra en el centro del lugar. Su color gris refleja la monotonía que impera en sus pasajeros. Al momento en que el criminal dispara su pistola, una fuerte luz mortecina invade el escenario y los personajes se congelan en una posición que refleja su reacción ante el balazo. Apoyado por una precisa escenografía e iluminación diseñada por Mauricio Ascencio, el también director Sergio López Vigueras consigue que la mente del público sea capaz de ver la trayectoria del proyectil disparado a la perfección. Fortaleciendo la dramaturgia de manera precisa, la propuesta escénica es capaz de ser íntima cuando se revelan los anhelos y frustraciones de un maestro que desea en silencio a otra pasajera, brutal y sangrienta cuando se desata la violencia. El resultado es equilibrado, con un ritmo fluido y con el tono justo para que la falta de postura en palabras sea la misma en escena.
“Haga lo que haga se que no debo soltar el arma.”
Tras recibir un cachazo en la cabeza por hacerse el dormido, un torbellino de emociones encontradas arrasa la mente del joven Lauro. En un momento de valentía, o quizás insensatez, al darse cuenta de que su agresor tiene la mirada dirigida a otra parte que no es su pistola, toma la decisión de actuar en contra de aquellos que atentan contra la vida de todos los que se encuentran en el interior del transporte. La complejidad actoral que demanda “La Bala” radica justamente en la capacidad de expresar el torbellino emocional que opera en el interior de cada uno de los personajes, mientras que en el plano real sucede la vida. El joven elenco, conformado por Marisol Osegueda, Gerardo del Razo e Ismael Sangal realizan un loable esfuerzo por proyectar con verdad y fractura los conflictos que existen en Valeria, Lauro y Jonathan respectivamente. Desafortunadamente, el resultado queda a la mitad del camino en gran parte de la puesta en escena, no alcanzan a ser interpretaciones de fondo, siendo este el factor principal por el que el horror y angustia no se termine de permearpor completo hasta el público, quien no llega a compenetrarse o conmoverse de lleno con los conflictos que presentan.
“No era un eco, fueron dos disparos.”
Hace muchos años ya, fui testigo de un asalto en el interior de un camión. Vi una navaja a escasos centímetros de mi cara mientras un infeliz le picaba la punta del arma a la espalda de un pasajero enfrente de mí para que le diera sus pertenencias. Tras el asalto pude ver como un punto rojo crecía ligeramente en la camisa de la víctima. Al bajar del transporte lo único que pude pensar era que, bendito sea Dios, no me había tocado a mí… esa vez. La barbarie urbana es voraz, la violencia y la rapiña son cosa de todos los días. Sin embargo, por el simple hecho de que sea algo común de ninguna manera debemos permitir que se convierta en algo normal, en parte de nuestras rutinas como ir al pan o pagar el gas. Sencillamente no lo podemos permitir.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “La Bala”
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Sergio López Vigueras
ACTUAN: Marisol Osegueda, Gerardo del Razo e Ismael Sangal.
DÓNDE: Foro La Gruta dentro del Centro Cultural Helénico.
DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Colonia Guadalupe Inn.
CUÁNDO: Viernes 20:30 horas. Hasta el 27 de Julio.
COSTO: $200 entrada general. Disponibles en taquilla y Ticketmaster.
DURACIÓN: 50 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking y estacionamiento.
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