JULIETA

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Para quienes desean aplaudir un homenaje clown a la belleza que reside en la vejez.

JULIETA

Por Juan Carlos Araujo
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas

El reloj marca el paso de un tiempo que pareciera haberse alentado, incluso detenido por completo. En una estancia donde las fotografías colgadas dan cuenta de una vida que ha quedado en el pasado, ella ha creado una rutina diaria que busca llenar el vacío de un teléfono que nadie contesta, de un desayuno sumamente saludable que ayuda a que el cuerpo siga funcionando, de un televisor que muestra los mismos programas de siempre que sirven como un somnífero para que esos pausados minutos corran un poco más aprisa. Julieta está sola, sí, pero su sonrisa no la abandona. El placer de vibrar cuando se ejercita, de coquetear un poco con un técnico que le pinta las uñas, o de cuidar que su peinado siga tan alto como siempre son indicadores de una nueva etapa que ella acepta con calma, con dignidad, con la paz de saber que ella está en control de su vida… y de su término.

Inspirada en la vida de su tía abuela, Gabriela Muñoz, también conocida como Chula The Clown, presenta su más reciente propuesta escénica clown intitulada “Julieta”. En ella, Muñoz habita el personaje de una mujer de edad avanzada que poco a poco, desde el muy reducido universo en que habita, va generando empatía con los asistentes, los hace partícipes de su rutina diaria, desde el tomar sus pastillas en la mañana hasta el quedarse dormida viendo televisión en la noche. Sin diálogos, y haciendo uso de un encantador sentido del humor, la obra traza un arco dramático hacia la melancolía, la añoranza y, finalmente, la celebración de una vida bien vivida, una que ha tenido la bendición de llegar a la vejez.




Luego de haber llamado a ese teléfono que marca todos los días sin respuesta, Julieta se dispone a hacer ejercicio, no sin antes cuidar que su diadema deportiva no le arruine el peinado. Sobre una plataforma vibratoria, la anciana se maquilla o trata de disfrutar de una bebida, generando carcajadas entre las butacas. Más adelante, cuando súbitamente su televisor deja de funcionar, Julieta sube a un espectador para que haga las veces de un técnico que le ayude a reparar su televisión, y en el proceso quizá ayudarle a olvidar por un rato la soledad en que habita. El viaje que “Julieta” propone desde el lenguaje del clown es fino en su manufactura, ingenioso y sumamente divertido en su manejo de la comedia, y hábil en su manipulación emocional, una que lleva de la mano al publico de la carcajada a quizá una lágrima de ternura o de añoranza, del ridículo de una viejita que vibra sin control mientras trata de beber una copa hasta la celebración de un cuerpo que ha dejado atrás los estándares impuestos por la sociedad, más no por ello su belleza. Es en estos tránsitos emocionales que Muñoz demuestra su capacidad de contar una hermosa historia de manera tanto contundente como profunda.

La sala donde Julieta pasa la mayor parte de su día es un espacio que destila nostalgia. Desde el teléfono de disco o el radio antiguo, hasta las paredes verdes llenas de fotografías, cada detalle da cuenta de lo que ha sido su vida, del tiempo en que ha quedado atrapada. Su forma de vestir, más cómoda que clásicamente hermosa, es igualmente testamento de su personalidad, de quien es ahora en una edad avanzada, aun cuando ello no significa que ella ha dejado atrás su vanidad, representada por el alto peinado que cuida a toda costa. Al momento de ir a otra habitación de su casa, los paneles que conforman la escenografía se mueven para revelar un nuevo espacio de paredes naranja y rosa, mismo que servirá como recámara o como baño, este último siendo enmarcado por un panel de lentes de aumento. Cada vez que la protagonista necesita de algo, ya sea su pastillero, un trago, o que le ayuden a subir el cierre de una vaporosa bata de noche, unas manos aparecen detrás de una puertita, creando un aura onírica a toda la puesta en escena. Estéticamente, “Julieta” logra reflejar el mundo en que habita la protagonista. Ejemplo de ellos es al desplegar sus posesiones inconexas con el presente, objetos que se han convertido en recuerdos de una época pasada. Sin embargo, la puesta en escena apuesta también por una semiótica menos literal, una más lúdica y surreal, donde el uso de lentes de aumento crea un potente discurso sobre la diversidad corporal, donde la escenografía se cierra por completo para una conclusión devastadora y hermosa, o donde un par de brazos inmensos y enguantados crean un baile que llenan, aunque sea por un momento, el vacío que dejó aquella foto que cuelga sobre su cama. Esto se consigue gracias al diseño de vestuario de Rebekka Dornhege Reyes, la escenografía a cargo de ella misma y Gemma Raurell Colomer, la iluminación de Aurora Rodríguez y música original de Natalia Lafourcade.




Con un ligero gesto, un movimiento del labio, un levantamiento de ceja o el dejar caer lentamente la cabeza, el público entiende de inmediato si Julieta tiene hambre, está juzgando al técnico que le va a reparar la televisión o se está quedando dormida. Con el mero repetir de la palabra no, el público se llena de angustia; al prender una plataforma vibratoria con una copa de martini en la mano, la protagonista genera tensión dramática e hilaridad; con el simple hecho de posicionarse detrás de una lente de aumento y exponiendo su cuerpo en ropa interior, Julieta comete un acto político, revolucionario y feminista que pone en evidencia la discriminación contra el cuerpo envejecido. “Julieta” es capaz de alcanzar la contundencia gracias a la interpretación precisa, honesta y de fractura desde la cual opera Gabriela Muñoz. Por un lado, su maestría en el lenguaje clown, producto de años de experiencia tanto en el género como en el desarrollo de su personaje Chula the Clown, le permiten un manejo de la comedia y de la interacción con el público, tanto en general como con quien tiene la fortuna de interactuar directamente con ella sobre el escenario. Por el otro, su capacidad de accionar desde la verdad consigue que los sentimientos que expresa su personaje sean reales, ya sea sorpresa al encontrar un billete guardado entre los recovecos de su brassiere, profunda nostalgia y amor al ver la fotografía de quien ya no está a su lado, o una paz plena y llena de felicidad al caminar hacia su última morada. Esta combinación de elementos consigue una actuación hermosa y sólida, a la cual se le suma un pleno entendimiento del personaje titular, una mujer de edad avanzada que nunca deja de asegurarse que su peinado siga en su lugar, que se acomoda la ropa para asegurarse de que esté bien puesta, y que marca el peso con precisión al sentarse o levantarse de su sillón favorito. Es en cada uno de estos detalles que Gabriela, o Chula, dan gala de talento y entrega.

Ya sea derramando lágrimas ante una boda que sólo sucedió en su mente, uniendo su corazón a la vida a través de un hilo rojo, despojándose de capas de ropa para encontrarse con su propia esencia, o rindiendo el más bello tributo a su tía abuela, al mismo tiempo que homenajea la belleza que se encuentra en la vejez, Gabriela Muñoz ha demostrado una y otra vez no sólo ser la mejor clown que México tiene en la actualidad, sino también que es una mujer que ha logrado capturar la esencia de las emociones humanas para llevarlas a escena con humor y profunda sensibilidad. Hoy pienso en mi abuela Gima, una bella mujer que más de una vez teníamos que llevarla a la cama luego de que se quedara dormida frente al televisor, pienso en mi abuela Aida quien nunca dejó de disfrutar de un buen tequila después de la comida, pero incluso ahora, a sus 80 años, en mi mamá quien no sabe qué hacer cuando la televisión no funciona como ella quiere. Gracias Gabriela, gracias Chula the Clown, por mostrar cuán bellas estas mujeres son, han sido y lo serán por la eternidad.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Julieta

DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Gabriela Muñoz

ELENCO: Gabriela Muñoz, aka Chula the Clown.

MÚSICA ORIGINAL: Natalia Lafourcade

DÓNDE: Teatro Milán

DIRECCIÓN: Lucerna 64 esquina con Milán, Colonia Juárez.

CUÁNDO: Lunes, martes y miércoles 20:45. Hasta el 15 de Julio 2025.

COSTO: $550. Boletos en taquilla y Boletos para Julieta | Detalle de fechas para Más Teatro y Culturales | Ticketmaster MX

DURACIÓN: 60 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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