JUEGOS DE PODER
Para quienes entienden que la política es el juego más sucio que existe.
JUEGOS DE PODER
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“Yo no puedo negar ni confirmar la información.”
Las votaciones en el estado de Iowa son claves para el gobernador demócrata Mike Morris quien está buscando la candidatura de su partido en las próximas elecciones presidenciales. Es por ello que necesita todo el apoyo y confianza de su equipo entero incluyendo, por supuesto, a Stephen el brillante joven encargado de coordinar y a veces manipular a la prensa. En el macabro y perverso juego llamado política siempre hay que recordar que la curiosidad mató al gato el más mínimo error puede ser fatal. En el macabro y perverso juego llamado política siempre hay que recordar que la curiosidad mató al gato y el más mínimo error puede ser fatal.
“No me manipulaste, me convenciste.”
Basada libremente en la campaña primaria del candidato demócrata Howard Dean para la presidencia estadounidense en 2004, “Juegos de Poder” escrita por el dramaturgo Beau Willimon, mejor conocido por su trabajo como guionista en la exitosa serie de Netflix House of Cards, es un poderoso thriller político que le recuerda al espectador con una bofetada que el mundo de la política es uno donde la ambición es palpable en todos los involucrados, la corrupción deja un aroma fétido en todo lo que toca y la lealtad es una moneda de cambio demasiado valiosa como para ser negociada.
“Estás trabajando para el hombre equivocado.”
Negociaciones ocultas con líderes de opinión, pláticas en secreto con la prensa que nunca sucedieron, tácticas sucias para afectar los resultados de las elecciones y toda una gama de artimañas para manipular o engañar son parte del complejo y fascinante argumento de “Juegos de Poder”. A pesar de que el texto esta sobre dialogado y plagado de exposición narrativa resultando en la imperativa necesidad de sintetizar para dar un mayor flujo a la trama, el interés se mantiene vivo durante la puesta entera principalmente por la inmensa relevancia que el tema tiene dentro de la realidad política actual no sólo de Estados Unidos, sino de nuestro país.
“Alguien como yo consigue un juego de llaves para la casa blanca.”
Resolver a nivel teatral toda una serie de escenas que se basan exclusivamente en discusiones políticas que a momentos podrían caer en peroratas, como es el caso del inicio de la obra donde una plática entre tres políticos y la reportera del New York Times se alarga a más de quince minutos, es el reto que el director Sebastián Sánchez Amunátegui tiene que afrontar para “Juegos de Poder”. El resultado de esto es positivo y solvente en su mayoría, consiguiendo crear tensión en los momentos correctos, provocando unas cuantas risas cuando pequeños chispazos de humor son necesarios para aligerar el tono tan serio inherente en el texto y, sobre todo, consiguiendo mantener el interés sobre la trama gracias a un ritmo que permite que esta sea entendida con facilidad para aquellos que, como yo, no tienen el menor interés en el tema. A pesar de una lamentable decisión escenográfica de dividir el escenario en dos espacios claramente separados hacia los extremos del escenario, eliminando por completo el uso de la mitad del mismo, Sánchez Amunátegui logra sacar lo mejor de un texto que ciertamente se siente más apropiado para la pantalla que para el teatro.
“La venganza hace a las personas impredecibles.”
Un carismático y un tanto arrogante coordinador de prensa, acostumbrado a pesar de su muy corta edad a ser halagado constantemente por su estupenda labor política, verá todos sus sueños derrumbarse en un lapso de no más de 24 horas debido a una muy desafortunada decisión. Esta transformación, de la soberbia a la desesperación, de la seguridad absoluta a la ira y terror de ver todo perdido, es el reto actoral que Santiago Stephens asume en su papel de Stephen en “Juegos de Poder”. Apoyado por el trabajo de fuertes presencias escénicas a cargo de Tony Dalton y de Marco Treviño, ambos aportando fuerza a la propuesta, la labor del también productor del montaje es acertada y fluida, logrando a momentos proyectar con toda honestidad la vulnerabilidad y rabia que el personaje no puede evitar sentir. De igual manera, cabe destacar la actuación de Inés de Tavira en el papel de una interna en la campaña quien brinda verdaderos y muy necesarios momentos de comedia en la obra, para después revelar una mucho más interesante profundidad en su personaje.
“¿Quieres tener amigos o quieres trabajar para el presidente?”
El mundo está cansado de los políticos, con todas sus mentiras y manipulaciones, su ambición desmedida y su corrupción absoluta. Lamentablemente, este hartazgo es lo que ha llevado al país más poderoso del mundo a elegir como presidente a un ser despreciable de piel naranja e ideas medievales que podría conducir al mundo a una época de lo más oscura. Es nuestro deber como país aprender de los errores de los demás para que, en un par de años, no cometamos el mismo error y así nunca elegir como mandatario a quien sólo busca la gloria personal y no el bienestar de todos los mexicanos.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Juegos de Poder”
DRAMATURGIA: Beau Willimon
DIRIGE: Sebastián Sánchez Amunátegui
ACTÚAN: Tony Dalton, Santiago Stephens, Marco Treviño, Inés de Tavira, Lorena del Castillo, Jesús Zavala, Xabiani Ponce de León y Roberto Cavazos.
DÓNDE: Teatro Julio Prieto
DIRECCIÓN: Eje 4 Sur Xola y Nicolás San Juan, Colonia Del Valle
CUÁNDO: Sábados 18:00 y 20:30, Domingos 18:00 hrs.
COSTO: $650, $500, $400, $300 y $200. Boletos en taquilla y ticketmaster.
DURACIÓN:105 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.