ICARO
Para quienes buscan lo mejor del teatro en el mundo y …volar
ICARO
Este artículo no es una reseña teatral o una crítica. No es un análisis profundo ni un trabajo de investigación. Es mi muy pequeña forma de devolverle, a quien me ha dado tanto, un poquito de regreso. Esta es una carta de amor y de agradecimiento para Daniele Finzi Pasca y su obra “Icaro”.
Desde el momento en que Daniele sale a escena, uno no puede evitar quedar prendado de su encanto. Su sonrisa y su forma de hablar son tan naturales, tan reales y tan sinceras que uno se deja encantar por él. Su pre-prólogo y prólogo van llevando a los espectadores a un ligero entendimiento de qué es lo que va a suceder en unos minutos, pero en verdad nada logra prepararnos. La magia de “Icaro” no es algo para lo que uno se puede preparar.
¿Pero, qué es “Icaro”?
“El espectáculo fue concebido para un solo y único espectador. En cada representación un solo privilegiado tiene ocasión de vivirlo en su forma más plena. Al resto de los espectadores sólo les queda la opción de transformarse en voyeurs».
Es un show de clown de una belleza profunda que nos hará reír hasta el cansancio antes de llevarnos a un llanto divino. Es un espectáculo donde un miembro del público es elegido para compartir la obra entera, en el escenario, junto con su protagonista, quien lo llevará a escapar del hospital de donde se hallan encerrados. Es arte que nos dejará con sentimientos encontrados pues no sabremos si salir con una sonrisa o con una lágrima. Es un recorrido por lo que en verdad significa la palabra “teatro”.
“¿Alguna vez has oído a alguien gritar de dolor?”Las flores cerradas, los mosquiteros, un bastón, unas llaves y una puerta de closet nos doblan de risa en nuestro asiento. Imaginarnos a una monja de 200 kilos gritando “Sacrilegio” mientras es “empaquetada” hace que las primeras lágrimas broten por no poder dejar de reír.
Su amigo Augusto, las plumas de ave, el sol, caminar y volar y una luz al final nos conmueven y, tal y como nos lo pide Daniele, es imposible que no llueva en nuestro ojos. La lluvia más conmovedora y bella que mis ojos han experimentado. Yo confieso que ahora, escribiendo esto, no pude evitar llover un segundo.
Esta lluvia empezó en mí hace diez años en el teatro Jiménez Rueda cuando pude ver “Icaro” por primera vez. Mis ojos llovieron en cinco ocasiones distintas pues no podía dejar de verla. Ahora que ha vuelto, mis recuerdos no me engañan, “Icaro” sigue siendo tan bella y poderosa como entonces. Las lecciones que me ha dejado son hasta que muera. Nunca puedo ver flores sin pensar en que son “cerraaaaaaaaadas”. Nunca pasa un día de mi vida sin que piense que jamás es tarde para volar.
Gracias por existir “Icaro”. El mundo es mejor todos los días, en parte, por ti.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
DIRECCIÓN: Donceles 36, Centro Histórico
COSTO: $800, $500, $300 y $200 disponibles en taquilla y Ticketmaster
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