 FOTOGRAFÍAS: RICARDO CASTILLO CUEVAS
							
							FOTOGRAFÍAS: RICARDO CASTILLO CUEVAS
							
						FELIZ CUMPLEAÑOS, JOSEPH K.
Para quienes entienden que la ley es una farsa kafkiana donde la justicia no es más que un absurdo.
FELIZ CUMPLEAÑOS, JOSEPH K.

“Usted ha sido acusado de un crimen.”
 El pastel está en sus manos, la vela está encendida y sus tres deseos más que listos para ser pedidos. En su cumpleaños número 30, Joseph pareciera tener la vida resuelta: un buen trabajo en el banco, una novia con quien desea casarse y sobre todo, aunque él no lo aprecie aún, que goza de su libertad. Sin embargo, un toquido a la puerta cambiará su destino irremediablemente. La visita de un funcionario menor, junto con una notificación, echará a andar una maquinaria burocrática sinsentido en contra del festejado que iniciará una retorcida coreografía en espiral hacia las entrañas del Palacio de Justicia, lugar de donde pareciera no haber salida a menos que uno haya invertido en un fondo para imprevistos.
El pastel está en sus manos, la vela está encendida y sus tres deseos más que listos para ser pedidos. En su cumpleaños número 30, Joseph pareciera tener la vida resuelta: un buen trabajo en el banco, una novia con quien desea casarse y sobre todo, aunque él no lo aprecie aún, que goza de su libertad. Sin embargo, un toquido a la puerta cambiará su destino irremediablemente. La visita de un funcionario menor, junto con una notificación, echará a andar una maquinaria burocrática sinsentido en contra del festejado que iniciará una retorcida coreografía en espiral hacia las entrañas del Palacio de Justicia, lugar de donde pareciera no haber salida a menos que uno haya invertido en un fondo para imprevistos.
“Es absurdo esto de la vela y el pastel.”
 El Proceso es una de las novelas más representativas del aclamado novelista alemán Franz Kafka y es considerada como una pieza clave dentro de la literatura existencialista. La manera en que el autor retrata a un hombre atrapado dentro y por un sistema gobernante por una razón inexistente, condenado a esperar a que lo inevitable suceda, sin siquiera saber qué es, es un reflejo de cuán caótica y absurda es la vida misma. El creador escénico Juan Carlos Vives toma este material de origen para crear “Feliz Cumpleaños, Joseph K.”, una farsa que critica de manera ácida y certera la impartición de la no justicia, la corrupción detrás de los sistemas legales, la sinrazón de cómo un gobierno puede arrebatarle la vida a un ciudadano sin el menor temor a las consecuencias, protegido por un laberinto interminable de impunidad, verborrea y tramites que ni ellos son capaces de entender.
El Proceso es una de las novelas más representativas del aclamado novelista alemán Franz Kafka y es considerada como una pieza clave dentro de la literatura existencialista. La manera en que el autor retrata a un hombre atrapado dentro y por un sistema gobernante por una razón inexistente, condenado a esperar a que lo inevitable suceda, sin siquiera saber qué es, es un reflejo de cuán caótica y absurda es la vida misma. El creador escénico Juan Carlos Vives toma este material de origen para crear “Feliz Cumpleaños, Joseph K.”, una farsa que critica de manera ácida y certera la impartición de la no justicia, la corrupción detrás de los sistemas legales, la sinrazón de cómo un gobierno puede arrebatarle la vida a un ciudadano sin el menor temor a las consecuencias, protegido por un laberinto interminable de impunidad, verborrea y tramites que ni ellos son capaces de entender.
“Deseo que me vaya bien en mi propio trabajo.”
 Joseph entiende que ha sido acusado de un crimen, pero nadie es capaz de explicarle cuál es. Lo que importa no es que el respetable cumpleañero tenga la información necesaria, de ninguna manera. Aquí de lo que se trata es de que se le notifique de las notificaciones, que reciba el contra recibo o que aclare las aclaraciones si es que tiene alguna inconformidad con el proceso. Entre abogados y jueces corruptos, enfermeras perversas, burócratas danzantes y hasta un sacerdote chismoso, Joseph K. no tendrá más remedio que empezar a cuestionar, no sólo su propia cordura, hasta su inocencia.
Joseph entiende que ha sido acusado de un crimen, pero nadie es capaz de explicarle cuál es. Lo que importa no es que el respetable cumpleañero tenga la información necesaria, de ninguna manera. Aquí de lo que se trata es de que se le notifique de las notificaciones, que reciba el contra recibo o que aclare las aclaraciones si es que tiene alguna inconformidad con el proceso. Entre abogados y jueces corruptos, enfermeras perversas, burócratas danzantes y hasta un sacerdote chismoso, Joseph K. no tendrá más remedio que empezar a cuestionar, no sólo su propia cordura, hasta su inocencia.
“Usted no quiere recibir una notificación extraordinaria por una notificación no firmada.”
 La adaptación que Vives realiza a Kafka en “Feliz Cumpleaños, Joseph K.” permite apreciar cuán vigentes siguen siendo las premisas planteadas en 1914 cuando fue escrita la novela. La interminable burocracia, lo inaccesible del lenguaje legal, la cínica corrupción que permea a todo el sistema, todo ello y más podría referirse a la Alemania de principios del siglo XX, o perfectamente al México de 2025. Sin embargo, es de notar la manera en que la dramaturgia adicionalmente explota el elemento fársico al llevar a escena las palabras del autor de La Metamorfosis. A través de la caricaturización exacerbada de varios de los personajes, al insertar pequeños guiños surreales a otras obras de Kafka, con el repetir ciertas frases como el quererle traducir al cristiano lo que está sucediendo al protagonista, Vives consigue crear un universo alterado, macabro e hilarante, que perturba al mismo tiempo que resulta profundamente divertido.
La adaptación que Vives realiza a Kafka en “Feliz Cumpleaños, Joseph K.” permite apreciar cuán vigentes siguen siendo las premisas planteadas en 1914 cuando fue escrita la novela. La interminable burocracia, lo inaccesible del lenguaje legal, la cínica corrupción que permea a todo el sistema, todo ello y más podría referirse a la Alemania de principios del siglo XX, o perfectamente al México de 2025. Sin embargo, es de notar la manera en que la dramaturgia adicionalmente explota el elemento fársico al llevar a escena las palabras del autor de La Metamorfosis. A través de la caricaturización exacerbada de varios de los personajes, al insertar pequeños guiños surreales a otras obras de Kafka, con el repetir ciertas frases como el quererle traducir al cristiano lo que está sucediendo al protagonista, Vives consigue crear un universo alterado, macabro e hilarante, que perturba al mismo tiempo que resulta profundamente divertido.
“Si no te acusan por un crimen, te pueden acusar de una tentativa de crimen.”
 Al iniciar la obra, Joseph K. está sosteniendo su pastel de cumpleaños. Este elemento de utilería está presente durante los primeros quince minutos del montaje, pasando de manos entre el protagonista y el funcionario menor que viene a entregarle la notificación del crimen que se le acusa y que nadie le explica cuál es. Si la vela se apaga, se vuelve a prender. Su presencia crea expectativa y tensión dramática por sí mismo, inserta la narrativa dentro de la farsa y del absurdo, misma que es acentuada por una pluma inmensa y fajos de papeles que tienen la pinta de ser muchas cosas excepto documentos oficiales. Este tono irreal y cómico alcanza su máxima expresión cuando un funcionario guía a Joseph por el laberinto del Palacio de Justicia, bailando una coreografía que espera que el acusado repita.
Al iniciar la obra, Joseph K. está sosteniendo su pastel de cumpleaños. Este elemento de utilería está presente durante los primeros quince minutos del montaje, pasando de manos entre el protagonista y el funcionario menor que viene a entregarle la notificación del crimen que se le acusa y que nadie le explica cuál es. Si la vela se apaga, se vuelve a prender. Su presencia crea expectativa y tensión dramática por sí mismo, inserta la narrativa dentro de la farsa y del absurdo, misma que es acentuada por una pluma inmensa y fajos de papeles que tienen la pinta de ser muchas cosas excepto documentos oficiales. Este tono irreal y cómico alcanza su máxima expresión cuando un funcionario guía a Joseph por el laberinto del Palacio de Justicia, bailando una coreografía que espera que el acusado repita.
“Justicia a cualquier precio, ese es mi lema.”
 El evidente entendimiento que Vives tiene sobre el material de origen, y que él mismo dirija la puesta en escena, le permite llevar el mundo kafkiano al escenario de manera tanto ingeniosa como oscura, ridícula a momentos, incómoda y perturbadora en otros. A medida que el proceso legal contra Joseph K. se intensifica y escala, y con cada nuevo ineficiente burócrata o ciudadano corrupto con quien tiene que interactuar, la dirección de Vives demuestra estar insertada en la creación de un espejo distorsionado de la realidad, característica propia de la farsa, y decisión que produce sendas carcajadas por las butacas, mismas que a momentos se perciben incomodas por la cercanía que se tiene con la actualidad. A momentos se juega un poco con el clown, con música incidental mayormente de percusiones, decisiones que acentúan la comicidad del montaje ligeramente.
El evidente entendimiento que Vives tiene sobre el material de origen, y que él mismo dirija la puesta en escena, le permite llevar el mundo kafkiano al escenario de manera tanto ingeniosa como oscura, ridícula a momentos, incómoda y perturbadora en otros. A medida que el proceso legal contra Joseph K. se intensifica y escala, y con cada nuevo ineficiente burócrata o ciudadano corrupto con quien tiene que interactuar, la dirección de Vives demuestra estar insertada en la creación de un espejo distorsionado de la realidad, característica propia de la farsa, y decisión que produce sendas carcajadas por las butacas, mismas que a momentos se perciben incomodas por la cercanía que se tiene con la actualidad. A momentos se juega un poco con el clown, con música incidental mayormente de percusiones, decisiones que acentúan la comicidad del montaje ligeramente.
“¿Tienes un fondo de inversión para imprevistos?”
 Joseph K., vestido como un clásico Godínez en un traje café y con el cabello relamido, opera desde la más absoluta seriedad. Desde el tener que decidir sus deseos de cumpleaños antes de apagar una vela, hasta el resistirse a firmar documentos o reaccionar con incredulidad ante escandalosas confesiones reveladas por un sacerdote, el protagonista nunca deja su papel de ciudadano recto, formal y conservador, incluso se de bailar se trata. Como el funcionario menor encargado de entregarle la notificación a Joseph, Juan Carlos Vives se presenta como un servidor público serio y eficiente; al encarnar al abogado Huld, Vives se convierte en un ser grotesco y enfermo que grita y no tiene el menor empacho en rascarse el culo enfrente de su potencial cliente; hacia el final de la puesta, toma la responsabilidad de encarnar a dos ejecutores simultáneamente, incluso llegando a sostener una conversación consigo mismo.
Joseph K., vestido como un clásico Godínez en un traje café y con el cabello relamido, opera desde la más absoluta seriedad. Desde el tener que decidir sus deseos de cumpleaños antes de apagar una vela, hasta el resistirse a firmar documentos o reaccionar con incredulidad ante escandalosas confesiones reveladas por un sacerdote, el protagonista nunca deja su papel de ciudadano recto, formal y conservador, incluso se de bailar se trata. Como el funcionario menor encargado de entregarle la notificación a Joseph, Juan Carlos Vives se presenta como un servidor público serio y eficiente; al encarnar al abogado Huld, Vives se convierte en un ser grotesco y enfermo que grita y no tiene el menor empacho en rascarse el culo enfrente de su potencial cliente; hacia el final de la puesta, toma la responsabilidad de encarnar a dos ejecutores simultáneamente, incluso llegando a sostener una conversación consigo mismo.
“Los funcionarios nunca se equivocan.”
 El contraste actoral que manejan Bernardo Kasis Galán y Juan Carlos Vives en “Feliz Cumpleaños, Joseph K.” consigue fortalecer tanto el discurso crítico como el elemento lúdico absurdista de la obra. Mientras que Kasis Galán resulta entrañable en su rectitud y vulnerabilidad, operando desde un realismo y fractura que permite que la audiencia conecte anímicamente con él, Vives da rienda suelta a la farsa creando personajes que van desde lo contenido hasta lo francamente caricaturesco o macabro en el caso de un abogado corrupto y una enfermera perversa, respectivamente. Esta dupla entre ambos actores permite que la narrativa pase de lo absurdo a lo cómico, avance hacia lo ridículo para caer en un desenlace perturbador, más por su cercanía a la realidad mexicana.
El contraste actoral que manejan Bernardo Kasis Galán y Juan Carlos Vives en “Feliz Cumpleaños, Joseph K.” consigue fortalecer tanto el discurso crítico como el elemento lúdico absurdista de la obra. Mientras que Kasis Galán resulta entrañable en su rectitud y vulnerabilidad, operando desde un realismo y fractura que permite que la audiencia conecte anímicamente con él, Vives da rienda suelta a la farsa creando personajes que van desde lo contenido hasta lo francamente caricaturesco o macabro en el caso de un abogado corrupto y una enfermera perversa, respectivamente. Esta dupla entre ambos actores permite que la narrativa pase de lo absurdo a lo cómico, avance hacia lo ridículo para caer en un desenlace perturbador, más por su cercanía a la realidad mexicana.
“Morimos de sed… sed de justicia.”
 Uno de los temores latentes más persistentes que tengo, y que estoy seguro comparto con millones de mexicanos, es el de tener un problema legal. Su evidente ineficiencia y empantanada burocracia, la flagrante corrupción que permea cada rincón del sistema legal, la muy real posibilidad de ser arrebatado de la libertad por un crimen no cometido, son situaciones que Kafka abordó en El Proceso hace más de 100 años y que en la actualidad siguen resonando día con día. Han pasado 100 años desde que esta distopia existencialista fue concebida, desde entonces no hemos evolucionado nada.
Uno de los temores latentes más persistentes que tengo, y que estoy seguro comparto con millones de mexicanos, es el de tener un problema legal. Su evidente ineficiencia y empantanada burocracia, la flagrante corrupción que permea cada rincón del sistema legal, la muy real posibilidad de ser arrebatado de la libertad por un crimen no cometido, son situaciones que Kafka abordó en El Proceso hace más de 100 años y que en la actualidad siguen resonando día con día. Han pasado 100 años desde que esta distopia existencialista fue concebida, desde entonces no hemos evolucionado nada.

DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Feliz Cumpleaños, Jospeh K.
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Juan Carlos Vives
ELENCO: Bernardo Kasis Galán y Juan Carlos Vives
DÓNDE: Teatro La Capilla
DIRECCIÓN: Madrid 13, Del Carmen Coyoacán.
CUÁNDO: Martes 20:00 horas. Hasta el 4 de Noviembre 2025.
COSTO: $250. Entrada general. Boletos en taquilla y en Feliz cumpleaños, Joseph K. – Boletópolis
DURACIÓN: 80 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.
 
			
 
							



