EL VESTIDOR
Para quienes quieren ver en escena a dos de los más reconocidos actores teatrales del país.
EL VESTIDOR
“¿A quién le importa realmente si se da la función?”Una de las frases más trilladas en el teatro siempre ha sido “El show debe continuar”. ¿Y si hay una guerra? Cuando las sirenas suenan, pues la ciudad se encuentra bajo bombardeo, no es fácil dar la función. Peor aún si el actor principal de la compañía está enfermo y al borde del colapso. Todo está puesto para que se suspenda la representación. Quien haya convivido con actores comprometidos con su arte, saben que nada importa. El telón se va a levantar y El Rey Lear será representado, así les cueste la vida.
“Su señoría, es hora de envejecer.”Estrenada en Londres en 1980 y estelarizada hace 30 años en el Teatro de los Insurgentes por Ignacio López Tarso y Héctor Bonilla, en el papel joven del vestidor Norman, “El Vestidor” es una obra que pareciera ser muy simple, la relación entre un actor ególatra y acabado, que se hace llamar Su Señoría, y su vestidor, quien ha dedicado su vida a servirle. Esa es la lectura básica. Por debajo, tenemos los tejes y manejes de una compañía teatral tratando de sobrevivir la guerra, la vejez, los egos y una economía a punto de acabarlos. Osea, salvo la guerra, cualquier compañía teatral en cualquier parte del mundo. Más profundo aún, tenemos un paralelismo entre Su Señoría y su vestidor con el del Rey Lear, que es la obra que están representando esa noche, con su bufón. Como queda claro, Ronald Hardwood, quien es famoso por sus guiones de películas como “El Pianista”, “El Amor en los Tiempos de Cólera” y “Conociendo a Julia”, entrega una obra de gran complejidad pero con una fuerte dosis de humor que permite ser disfrutada por cualquier espectador, desde el más casual hasta el más exigente.
“En cuanto entra al disfraz, es otra persona.”Siempre me ha gustado ver a Héctor Bonilla en teatro. Lo recuerdo todavía bailando en “Barnum” en el Teatro San Rafael o haciéndome llorar como loco en el Helénico con “Arte”; a mi gusto, la joya de su corona la consiguió hace un par de años con “Yo soy mi propia Esposa” y ahora en “El Vestidor”, Bonilla claramente se divierte y disfruta su papel. Payaseando a momentos y entregándose de lleno a lo patético y ridículo de su personaje, Héctor Bonilla interpreta el papel de un hombre que nunca deja el escenario, actuando durante la obra y cuando el telón ha caído. Este hombre se ha creado un personaje para sí mismo, Su Señoría, y Bonilla juega con él a su antojo.
“¿Lleva mucho escrito? Ni una palabra.”El reto de estar a la altura de Bonilla parecería grande para Bruno Bichir, pero en verdad no lo es. No sólo porque Bichir sabe muy bien cómo hacer su trabajo, sino también porque su papel está escrito para el verdadero lucimiento en la obra. Norman es un amanerado muy simpático a momentos, un sirviente intoxicado de poder a otros para terminar siendo un verdadero patético en el fondo. Los matices y los cambios entre estas variaciones son conseguidas de forma exacta y precisa por Bruno.
“El actor vive en los recuerdos de los otros.”El resto del elenco, la producción y, me atrevería a decirlo, la dirección misma de la obra, están al servicio de lo que estos dos actores entregan al público. Espero esto no se confunda con algo negativo; de ninguna manera. Siempre me ha parecido que un diamante verdaderamente hermoso no necesita de un montaje muy elaborado. Tenemos a dos grandes diamantes de la actuación, dejémoslos hacer lo que saben hacer y es mejor no interrumpirlos.
“¿Qué obra toca hoy?”Seamos honestos, la obra se vende por sí misma. En primer lugar, Héctor Bonilla, un actor respetadísimo y querido, regresa a una muy buena obra que fue montada exitosamente, ahora con el papel maduro. A eso le sumamos a Bruno Bichir, que siempre es imán de taquilla, y además los ponemos en uno de los teatros más nuevos de la ciudad en el corazón de Polanco; éxito asegurado, ¿qué no?
Nunca tuve la oportunidad de ver el montaje original, pero el sólo imaginarlo se antoja delicioso. Pero el pasado, en el pasado está y hoy me alegro de haber tenido la oportunidad de ver esta gran obra. El Foro Chapultepec produce las obras que se presentan ahí y debo decir que no sólo me sorprenden con la apuesta que están haciendo con la selección de obras que montan, sino también con su calidad. «La Muerte de un Viajante» fue uno de mis puntos más altos el año pasado; «El Vestidor» entra en mis diez favoritas de este.
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