él
Para quienes no buscan entender el teatro sino que simplemente lo dejan ser.
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Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“Mi verdadero nombre es todo el mundo.”
Una discusión sobre el bienestar de los hipopótamos no es nada comparada con la discusión entre un dramaturgo consigo mismo y con su reflejo en el espejo. Con el subconsciente arrastrado en una maleta, sin ningún brillo en los ojos y enfermo de Cenicienta, el escritor trata de darle algún tipo de sentido a sus escenas, a sabiendas de que ni él ni nadie podrán entender absolutamente nada de lo que está sucediendo. No importa, a fin de cuentas todo esto es pura ficción… aunque también podría ser la más absoluta realidad.
“Que se vaya todo al demonio menos el circo.”
El célebre poeta norteamericano mejor conocido por sus seguidores como e e cummings, haciendo honor a su estilo de escritura en un gran número de poemas, se adentra en la dramaturgia con “él”, una pieza absurdista sobre absolutamente nada, retando al más intelectual de los espectadores a encontrarle pies o cabeza en cuestiones de narración, conflicto o coherencia, pero que al mismo tiempo impacta a un nivel mucho más profundo por su discurso sencillamente hipnótico referente a la naturaleza de la realidad que puede existir entre el mundo físico y aquel que se crea en la mente de un artista.
“Si somos muñecos, alguien mueve los hilos.”
La mejor manera de aceptar y poder verdaderamente disfrutar la naturaleza tan profundamente perturbadora y confrontadora de “él” se puede apreciar a través de las palabras del mismo autor quien decía: “Relájense y denle a la obra una oportunidad de mostrar de qué está hecha. Relájense, dejen de preguntarse de qué trata, como lo hacen con tantas cosas tanto familiares como conocidas, la vida incluida, ya que esta obra no se trata de algo, simplemente es. No traten de disfrutarla, dejen que ella los disfrute a ustedes. No traten de entenderla, dejen que ella los entienda a ustedes.” Estas frases resultan contundentes cuando el espectador constantemente se descubre a sí mismo tratando de armar un rompecabezas dramático donde hay piezas de más, pero ninguna de ellas encaja en ningún lado en un espectáculo más sensorial y artístico que narrativo.
“Es inútil que trates de decirme cosas porque no las entiendo.”
El reto de dirigir y actuar una pieza de la envergadura de “él” es, por decir lo menos, monumental al haber una ausencia de un hilo conductor que pueda guiar al espectador a través de la telaraña mental que se esconde detrás de las palabras de cummings. El trío formado por Daniel Giménez Cacho, Laura Almela y Rodrigo Espinosa es un éxito en tal aventura en múltiples niveles, comenzando por una propuesta escénica que asalto los sentidos y que eleva el absurdismo inherente en el texto a niveles de experimentación teatral exquisitos que van desde el uso de unos ojos falsos que convierten a los actores en maniquíes vivos o el uso de una batería para exaltar las sensaciones hasta el uso de espejos que invitan a cada uno de los presentes a cuestionarse si se encuentran del lado correcto de la realidad o explotando conceptos de metateatralidad.
“¿Esta es una escena o un accidente?”
Por el lado actoral, la experiencia conjunta de cada uno de los involucrados en “él” resulta esencial para el buen manejo del montaje ya que en manos menos expertas el intento resultaría con toda facilidad un verdadero fiasco. Sin embargo, en manos de Giménez Cacho, Almela y Espinosa el espectáculo es alterante, enervante y contundente ante la evidente entrega total de cada uno de ellos haciendo uso de todos los recursos histriónicos que tienen a su alcance. Es tal la capacidad del elenco completo que pareciera que logran darle sentido a donde se nos recuerda constantemente que no lo hay, provocando que una discusión entre dos mismos que pelean por la ausencia de cerebro en una mujer alcance niveles apoteóticos de materia filosofal. “él” no es una obra para el espectador casual, pero ciertamente aquel incauto que entre pensando que verá una obra de teatro de corte más tradicional se verá sorprendido por el impecable trabajo escénico que se está realizando ante sus propios ojos.
“Las tres sillas son tres verdades.”
¿Qué es real y que es ficción? ¿Son acaso los personajes que un autor crea en su propia mente menos reales que las personas que nacen, viven y mueren al otro lado del planeta y que nunca serán conocidas por el otro hemisferio? Tras ver “él” me vino a la mente la afamada discusión entre George y Martha en la icónica obra de Edward Albee, “¿Quién Teme a Virginia Woolfe?”, donde se discute acaloradamente la naturaleza de la realidad y la fantasía. Mientras manejaba de regreso a mi casa tras ver la obra vi mis ojos en el espejo retrovisor y no pude evitar pensar si no sería yo el reflejo de alguien más a través de ese espejo. Continupe manejando sin darle más vueltas al asunto. Hay cosas que simplemente no se tienen que entender.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “él”
DRAMATURGIA: e. e. cummings
DIRECCIÓN Y ACTUACIÓN: Laura ALmela, Daniel Giménez Cacho y Rodrigo Espinosa.
DÓNDE: Teatro El Milagro
DIRECCIÓN: Milán 24, Colonia Juárez.
CUÁNDO: Viernes, 20:30, Sábado y Domingo 19:00 y 21:00 hrs.
COSTO: $200. Disponibles en taquilla. Aplican descuentos.
DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera.