DOSTOYEVSKI: LOS DEMONIOS Y EL IDIOTA
Para quienes desean adentrarse en la gélida narrativa rusa de uno de los más grandes novelistas de todos los tiempos.
DOSTOYEVSKI: LOS DEMONIOS Y EL IDIOTA
“¿Debemos de empezar por la existencia de Dios?”
Todo comenzó en un tren, con el regreso de un príncipe a su tierra natal luego de años de internamiento por una dolencia de la mente, por ser culpable de tener un alma más pura que la de los demás. Igualmente, inició en el inframundo, donde tres entes demoníacos se mofan de la crueldad humana, se regodean en historias de sangre, dolor y traición. Esta historia no tiene principio o fin, sucede en palacios donde el dinero arde en llamas, o en espacios de filosofía donde sacerdotes cuestionan la existencia misma de Dios. La campana suena, hace su hueco llamado a creer, a recordar que al final de todas las cosas, sólo el amor será capaz de sanar a sátiros, demonios, doncellas e idiotas de la perdición absoluta.
“Yo sé que tú crees que la belleza salvará al mundo.”
Considerado como uno de los más grandes escritores del siglo XIX, Fiódor Dostoyevski logró capturar en sus novelas la psicología humana en toda su inmensa complejidad. Siendo su máxima obra maestra Crimen y Castigo, Dostoyevski lleva los dilemas morales y éticos a los que se enfrentan sus personajes a niveles nunca antes vistos en complejidad, profundidad y oscuridad. A esto, se suma a su literatura la inclusión de temas políticos, filosóficos y religiosos, todos ellos objeto de cuestionamiento y análisis, dando como resultado un discurso aún más elevado. Tomando como eje narrativo la novela El Idiota, pero adicionando elementos tanto de Demonios como de Los Hermanos Karamazov, Alberto Lomnitz, María Inés Pintado y Octavia Popesku asumen el complejo reto de escribir “Dostoyevski: Los Demonios y El Idiota”, obra que no sólo busca contar una anécdota, sino verdaderamente capturar la complejidad del discurso literario del escritor ruso.
“¿Quién busca la muerte a sabiendas?”
En un acto de abierto desafío, la bella, codiciada y malévola Natasia Filipovna lanza cien mil rublos al fuego, retando a quien pretende sus afectos a que meta las manos al fuego si es que tanto desea tan alta suma. Motivado por lo acontecido, y cegado por un deseo malentendido, el príncipe Mishkin le propone matrimonio, avivando la caprichosa naturaleza de Natasia, destrozando el alma de la enamorada Aglaya. Mientras que estos conflictos amorosos suceden, entre escenas, aparecen demonios y sacerdotes en una especia de submundo, para discutir abiertamente sobre la condición humana, Dios, la fe, y otras temáticas que pueden ser fácilmente hilvanadas con la historia eje. Sintetizar la esencia de tres novelas de Dostoyevski, al mismo tiempo que se quiere mantener la anécdota de una de ellas, para llevarlas a escena se podría considerar como un ejercicio de futilidad. Sin embargo, la manera en que les autores abordan el monumental reto de construir la dramaturgia en “Dostoyevski: Los Demonios y El Idiota” da como resultado un texto denso sin duda, pero perfectamente asequible, fascinante a momentos, y francamente entretenido en otros dado que es importante recordar que ante todo Dostoyevski era un gran contador de historias. Aun cuando la complejidad literaria pueda resultar desafiante para un espectador no versado en este tipo de literatura, la historia de traición, ambición y podredumbre humana es lo suficientemente interesante para atrapar la atención durante toda la puesta en escena.
“En usted todo es perfecto, incluso su palidez.”
La helada Rusia se percibe en el blanco de los tablones de madera que conforman el escenario, en el maquillaje de los personajes que parecieran transitar entre la mortecina palidez y la aurea elegancia de las cortes francesas, en los vestuarios que cubren en pieles a quienes han nacido en medio de una gélida realidad. El camino que se crea entre los tablones deja una cruz al centro del espacio, hueco que se puede iluminar en tonos anaranjados para que los demonios puedan aparecer transitando entre llamas. De las alturas, una campana pende. Ella será tocada entre escenas, creando una música hueca que recuerda que la fe y el humano no siempre llevan a buenos caminos. Escénicamente, la dirección de Alberto Lomnitz en “Dostoyevski: Los Demonios y El Idiota” consigue crear atmósferas que fortalecen la dramaturgia desde lo visual. Apoyado por la escenografía e iluminación a cargo de Carolina Jiménez, el vestuario diseñado por Adela Cortázar, y su propio diseño de maquillaje, Lomnitz se apropia de esa Rusia de Dostoyevski y la vuelve teatral, crea infiernos y espacios de fe, así como grandes salones baroniales, todo desde la sutileza que implica la convención escénica. Tonal y rítmicamente, la dirección igualmente captura la esencia del autor, más en este caso se consigue un relato pausado, difícil a momentos de navegar por su densidad, por la gran parsimonia con que a momentos de abordan temas tan complejos como la existencia misma de Dios, tema que obsesionaba a Dostoyevski.
“Tu lucha por la libertad se ha convertido en la desgracia de la humanidad.”
Tres entes se convierten en sacerdotes o en demonios, funcionan como coro griego a momentos, remiten a las brujas de Macbeth en otros, son las voces grandilocuentes o ridículas que engloban a toda la humanidad. En el plano terrenal, el príncipe Mishkin muestra el dolor que habita en su alma desde su mirada perdida, desde un tono de voz apagado que pareciera ahogarse a momentos, en sus movimientos que denotan el conflicto en el que se encuentra entre amar a quien desea o a quien le brinda su corazón a manos llenas. Natasia mira a Rogozhin como se mira a un juguete con el que se juega y deshecha, mismo desdén con el que tratará al príncipe, a todo aquel que le permita regodearse en el poder que su belleza la confiere. Aglaya, condenada por la fuerza de su amor, quisiera sentir algo, lo que sea, que la aleje del dolor de saberse ignorada, sentimientos que a momentos también experimenta desde su propia realidad el pretendiente Rogozhin. La carta más sólida de “Dostoyevski: Los Demonios y El Idiota” se encuentra en el elenco conformado por María Inés Pintado, Octavia Popesku, Mariana Gajá y Tamara Vallarta (Cassandra Ciangherotti,y Gabriela Núñez alterando funciones). Ya sea desde la contención y la sutileza de Pintado, o desde el desbordamiento emocional de Gajá, a partir de la altivez y seducción de Vallarta o la perplejidad que evoca Popesku, cada una de las cuatro actrices opera desde la fractura, la honestidad emocional, desde la entraña misma, para entregar realismo mesurado, pausado y contenido cuando de humanos se trata, pero con la capacidad de ser casi caricaturas cuando de demonios se trata. Sin duda ver a estas cuatro histriones es razón suficiente para ofrecer una merecida ovación a la puesta en escena.
“Ansío que alguien me haga sufrir.”
Recuerdo la primera vez que me enfrente a Dostoyevski como a los 17 años. No estaba ni remotamente listo. No pasé más allá de 50 hojas de Crimen y Castigo antes de rendirme por completo. Me tomó otros 20 años para volver a esa novela y en aquella ocasión no pude soltarla. Los dilemas a los que se enfrenta el protagonista, las preguntas existenciales a las que se enfrenta, los cuestionamientos que plantea sobre la sociedad misma me abrieron toda una nueva manera de entender al mundo, las definiciones mismas de la ética y la moral en un mundo que pareciera empeñado en desafiarlas a cada paso. Aplaudir su trabajo literario sobre la escena es una oportunidad sencillamente exquisita, más aún cuando los talentos detrás de tal trabajo tienen un entendimiento pleno de tan evidente, y una admiración más profunda que la mía.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Dostoyevski: Los Demonios y El Idiota
DRAMATURGIA: Alberto Lomnitz, María Inés Pintado y Octavia Popesku.
DIRECCIÓN: Alberto Lomnitz
ELENCO: Cassandra Ciangherotti, Tamara Vallarta, María Inés Pintado, Octavia Popesku, Gabriela Núñez y Mariana Gajá (alternando funciones).
DÓNDE: Foro Lucerna
CUÁNDO: Viernes 20:30, Sábado 19:00 y Domingo 18:00 horas. Hasta el 10 de Noviembre 2024.
COSTO: $350. Boletos en taquilla y en Boletos para Dostoyevski: los demonios y el idiota | Detalle de fechas para Más Teatro y Culturales | Ticketmaster MX
DIRECCIÓN: Lucerna 64 esquina con Milán, Colonia Juárez.
DURACIÓN: 120 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking.
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