
DESPUÉS DE PETER
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Para quienes entienden que no hay mejores armas contra el odio, la discriminación y la ignorancia que el amor y la memoria.
DESPUÉS DE PETER
“La vida es sólo la interrupción de la muerte.”
Nueva York en los ochenta. Peter ha muerto a causa de ese virus que el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica se niega a mencionar y David tiene el corazón roto. En brazos de un extraño joven con parecido a Marlon Brando trató de acallar su dolor, esparciendo cenizas al frente de la Casa Blanca expresó su rabia, pero sus sentimientos son demasiado grandes y será a través del arte donde los pueda desfogar. El amor que sintieron fue real, al igual que las violencias sufridas, y es a través de sus obras, de recordarles, nombrarles y honrarles, que se levantará la más fuerte de las trincheras contra el odio de una sociedad que estigmatiza la más pura de todas las emociones humanas.
“El pasado existe si nadie lo recuerda.”
La vida y obra del pintor avant garde y activista David Wojnarowicz y del fotógrafo Peter Hujar, ahora reconocido por sus potentes retratos en blanco y negro, así como la relación que sostuvieron en medio de la primera ola de la pandemia del SIDA en Nueva York en los ochenta, es la base narrativa sobre la que se construye “Después de Peter” de Marcelo Treviño. Este texto, ganador del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo Trejo 2024, aborda temas como la soledad, el duelo y la memoria, así como la discriminación, violencia y segregación que se vivió durante esa primera etapa del VIH, misma de la que aun se sienten olas a causa de la ignorancia que sigue permeando alrededor de lo que hoy es una enfermedad crónica más no mortal.
“Me cuesta mucho trabajo llamarme a mí mismo artista.”
La acción se desarrolla principalmente entre 1981 y 1987. La historia se cuenta desde los recuerdos de David, no sólo en torno a su relación con Peter, también sobre su violenta infancia, de su vida trabajando como sexoservidor, de cómo fue violado en su cumpleaños 11 en las regaderas de una alberca pública. Desde un cuarto de hospital frente a una amorosa madre moribunda de cáncer, descubriendo sus capacidades artísticas cuando el amor era la fuerza más grande que lo unía a Peter, o saliendo en libertad tras ser detenido por la policía por protestar en Washington, David se revela en toda su complejidad, su añoranza por la vida, y su pasión que lo llevó a ser tan gran artista.
“Él no le tiene miedo a mi saliva.”
La estructura narrativa de “Después de Peter” es la de un unipersonal en voz del personaje de David, con algunas intervenciones de otros personajes, principalmente Peter. Haciendo uso de la narraturgia como lenguaje eje y de saltos temporales para ampliar la perspectiva, el autor va hilvanando la historia de estos dos artistas neoyorquinos en los ochenta, al mismo tiempo que abre un discurso en torno a la violencia que existe en contra de las personas que se hallan en la disidencia, que son minorías, que han sido afectadas por una enfermedad cargada de estigmas y, sobre todo, que tienen el atrevimiento de seguir con vida cuando una sociedad héteronormada preferiría aventarlos a una fosa común en la isla de Hart y olvidarse de su aberrante existencia. A momentos íntima, concatenando las distintas escenas para dar un mayor entendimiento de estos seres rotos por su dura existencia, en otros distante, presentando escenas que no encajan orgánicamente con la narrativa, la obra consigue que esta historia ubicada en Nueva York hace varias décadas se sienta cercana, universal incluso para quienes habitan dentro de lo liminal.
“Te convirtieron en tu enfermedad.”
El lado derecho del escenario muestra una vista de Manhattan, donde se puede distinguir la presencia de las torres gemelas; del izquierdo una manta tiene impresa el collage de David Wojnarowicz de 1979 Untitled (Genet after Brassaï), pieza que muestra al dramaturgo Jean Genet como figura central y a Jesucristo en la esquina superior derecha en el proceso de inyectarse heroína. Cuando la acción sucede en el interior de una iglesia, una cruz se ilumina en luz de color rosa chillante. En las escenas en que David rememora su juventud o infancia, se hace uso de una máscara de cartón que muestra la cara de un niño típicamente americano que remite a publicidad de los años 50s mientras que se escucha una campanita que marca los saltos temporales.
“Hay gente que no muere, pero deja de vivir.”
Bajo la dirección de José Uriel García Solís, “Después de Peter” es un montaje que visualmente busca rendir homenaje a ambos artistas. Ya sea a partir de elementos en la iluminación, que convierten el escenario en un estudio fotográfico que remite al trabajo de Peter Hujar, o a una serie de elementos de utilería que aluden a los collages de David Wojnarowicz, el diseño de escenografía, iluminación y vestuario a cargo de Natalia Sedano crean un aura tanto de la época, como de la fuerza creativa que movía a los protagonistas. Hacia la escena final, en que el escenario se vacía por completo, García Solis prende en llamas el montaje en un acto simbólico de cuán fatuas fueron estás vidas, no por ello menos importantes.
“Las lágrimas son un lenguaje universal.”
Tras la muerte de Peter, David acompaña a Martha, una adolescente trans negra con VIH, a la iglesia para rezar. Este acto de fe despierta el odio en dos ancianos, seguramente muy religiosos y piadosos, quienes le exigen al guardia de la iglesia que saque a ese par de enfermos de la casa de Dios. Este acto de incongruencia católica lleva a David a lanzar un apasionado monólogo contra Dios, donde le cuestiona y le declara su odio.
“En algún momento, y sin darnos cuenta, hemos vivido más del tiempo que nos queda por vivir.”
El actor Antonio Saavedra lleva la voz cantante en “Después de Peter” interpretando a David. A partir de una creación de personaje que está recreando las escenas desde sus propios recuerdos, la interpretación de Saavedra a momentos de divorcia del sentimiento, generando un distanciamiento emocional entre lo que sucede en el escenario y las butacas, como si de un documental se tratara. A su lado, Gerardo Gallardo da vida a Peter y algunos personajes satélites con una separación similar a la ya antes mencionada. Una vez dicho esto, la comunicación entre ambos fortalece al montaje, y se debe destacar el momento en que Saavedra confronta a Dios con toda su ira contenida.
“Estamos hechos de la misma sustancia de la que están hechos los recuerdos.”
Indetectable es igual a intransmisible. El VIH no mata, pero la ignorancia, el odio y la discriminación sí. Indetectable es igual a intransmisible. El estigma alrededor de esta terrible enfermedad es directamente responsable de que se desatara una inmensa ola de homofobia en los ochentas y noventas, misma que sigue afectándonos a más de cuarenta años de que iniciara esta epidemia. Indetectable es igual a intransmisible. Hoy recuerdo a mis amigos que perdí. Te nombro Saúl y Alan, te recuerdo César y Javier. Su amor no se ha olvidado. Indetectable es igual a intransmisible.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Después de Peter
DRAMATURGIA: Marcelo Treviño
DIRECCIÓN: José Uriel García Solis
ELENCO: Antonio Saavedra y Gerardo Gallardo
DÓNDE: Foro La Gruta dentro del Centro Cultural Helénico.
DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Guadalupe Inn.
CUÁNDO: Miércoles y Jueves 20:00 horas. Hasta el 30 de Octubre 2025.
COSTO: $155. Boletos en taquilla y Boletos para DESPUÉS DE PETER en Teatro Helénico
DURACIÓN: 65 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento y valet parking.