
CABARET
Para quienes quieren adentrarse a la divina decadencia del Kit Kat Club en el icónico musical de Broadway.
CABARET
“¡Willkommen, bienvenue, welcome!”
Bienvenidos todos a la Alemania de 1929. En esta ciudad, donde el placer se desborda y los sueños frustrados abundan, existe un lugar donde los problemas se dejan en la puerta junto con el pudor y la decencia. Déjense seducir por las perversas palabras del Maestro de Ceremonias, entréguense a la infecciosa pasión de una cantante inglesa de uñas verdes, atraviesen el umbral y descubran el Kit Kat Club… mientras puedan. Uno nunca sabe en qué momento los aires políticos cambien y una esvástica defina a quién le pertenece el mañana.
“Aquí la vida es bellísima.”
Estrenada en Broadway con inmenso éxito en 1966, ganando ocho premios Tony incluyendo al mejor Musical del año, “Cabaret” ha demostrado a lo largo de sus casi 60 años de existencia y montajes por todo el mundo, incluyendo 3 exitosas temporadas en México, que el musical escrito por Joe Masteroff, con música de John Kander y letras de Fred Ebb, es capaz de resistir el paso del tiempo. Esto es no sólo por poderosas canciones como Willkommen, Mein Herr, Dinero y Cabaret, personajes complejos y fascinantes como la protagonista Sally Bowles, sino también por lo lamentablemente actual que sigue siendo su critica a los sistemas totalitarios gubernamentales, ya sean los nazis, o varios que rigen varios países hoy en día.
“Estás en Berlín, sé tú mismo.”
La irrupción de Sally Bowles en la vida del aspirante a escritor Cliff Bradshaw se convierte en un invasivo torbellino cuando ella decide, luego de haber sido despedida del Kit Kat Club, que van a ser compañeros de cuarto, o amantes. Esta situación es traducida de manera lúdica en la canción Dos Damas que interpreta el MC junto a dos de sus bellas chicas del cabaret. Situaciones similares, algunas hilarantes, otras francamente escalofriantes o patéticas, suceden con potentes números musicales como Dinero, Si con mis ojos la vieran, o el número titular de Cabaret, cada uno de ellos reflejando las vidas de los protagonistas, o de la arrendadora de cuartos fräulein Schneider y su enamorado judío Herr Schultz.
“Todos quieren a quien gana y yo siempre perdí.”
El secreto detrás del éxito de “Cabaret” radica en la precisa manera con que libreto y canciones crean un universo paralelo que refleja el surgimiento de la Alemania nazi en medio de la libertad sexual que imperaba en Berlín en ese preciso momento histórico. Esto se logra en voz de personajes fascinantes, desde la oscura narrativa del Maestro de Ceremonias del Kit Kat Club, la asfixiante y desbordante pasión por vivir de Sally Bowles, la inocencia y típicamente prepotencia norteamericana de Cliff, o la lamentable pero entendible derrota de fräulein Schneider, una mujer que elige la supervivencia al amor. Si a esto se suma la maestría con que Kander y Ebb escribieron casi una veintena de canciones, el resultado es poco menos que una obra maestra del teatro musical del siglo XX. La traducción y adaptación al español, difícil reto a cargo de Enrique Arce, Mauricio García Lozano y Pablo Chemor resulta sólida para el libreto, solvente en el caso de las canciones.
“¿Te escandalizo?”
El Teatro de los Insurgentes se ha transformado por completo para crear el Kit Kat Club. Mesas con pequeñas lámparas y un teléfono rojo rodean el escenario mismo que sale hasta la mitad del teatro para crear una experiencia más inmersiva. Esto se acentúa cuando los personajes caminan por entre las mesas, en los pasillos que conducen a las butacas del fondo, cuando Cliff se sienta en una mesa en el extremo izquierdo para recibir una llamada de Sally del lado opuesto. Los números musicales reflejan la decadencia del lugar, su espectacularidad radica en que lo cutre sea fabuloso, en que lo patético sea exquisito como se puede ver con la presencia de un ridículamente enorme oso de peluche en escena, de una gorila bailando vals con el Maestro de Ceremonias, o bailarinas con piñas en la cabeza. Esto se contrapone con la posada donde viven los protagonistas, espacio donde el gris impera, la realidad pesa, y las paredes recuerdan el próximo advenimiento de los campos de concentración.
“Si con mis ojos la vieran, nos dejarían en paz.”
Bajo la dirección de Mauricio García Lozano, “Cabaret” consigue ser un espectáculo que se siente íntimo y de gran formato al mismo tiempo. Mientras que el diseño de escenografía de Adrián Martínez Frausto, junto con la iluminación de Regina Morales, consiguen dar vida al sórdido Kit Kat Club como si se tratara de un tugurio que ha visto mejores días, tanto por sus cortinas de tiras metálicas doradas, o su luz amarilla, el vestuario de Jerildy Bosch le aporta un aire andrógino pertinente para el Berlín de aquella época como en la actualidad, al mismo tiempo que se siente erótico y sexual, sugerente y vulgar, en la mejor de las maneras. Esto permite que el aspecto perverso/lúdico de las coreografías, a cargo de Jason A. Sparks y Gabriela Aldaz Perroni, se acentúe ya sea cantando de compartir una cama entre varios, o rogando a la audiencia que guarden un secreto de mamá. A esto se suma un admirable diseño de audio por Miguel Jiménez que permite una completa apreciación de música y letras, gracias igualmente a la dirección musical de Antonia Suillerot. El “Cabaret” de Mauricio García Lozano es una propuesta que se siente profundamente actual y pertinente en estos tiempos, un montaje que puede rivalizar con cualquiera a nivel internacional.
“A mí nadie me puede controlar, Mein Herr.”
La presentación de Sally Bowles al público es la de una niña traviesa que debe ocultarle a su mami que trabaja en un cabaret. Su verdadera personalidad se revela cuando se le ve seductora, arrolladora y abrasiva en su relación con Cliff. Sin embargo, cuando uno descubre la verdadera esencia de tan complejo personaje es cuando canta con el alma destrozada sobre su amiga Elsie, en el número más importante de todo el musical. Aquí, Sally se le ve rota, entre embriagada y acabada, cantando con toda su fuerza vocal, pero imprimiéndole una furia que quiebra la voz por todo el peso que ha sido su vida. En contraparte, el Maestro de Ceremonias es un ser perverso, irreal, andrógino y al mismo tiempo insertado en una imagen machista que igualmente es capaz de seducir y besar a cualquiera de sus muchachas o muchachos. Los personajes del mundo “real” hablan y cantan desde la entraña, desde sus miedos e inseguridades, ya sea negociando unos cuantos marcos o el exquisito y amargo sabor de una piña.
“Los dejo con la flor más bella de Londres, ¡fräulein Sally Bowles!”
La llegada a “Cabaret” de la afamada cantante chilenomexicana Mon Laferte ha sido motivo de un resurgimiento en el interés por el montaje, tanto por sus seguidores como por aquellos con interés de descubrir la capacidad actoral de la artista. La Sally Bowles que Laferte crea proviene de un lugar de honestidad, uno donde no solo hay un lucimiento vocal, sino donde también demuestra una verdadera construcción de personaje. Ya sea preparando una desagradable bebida en un vaso con sabor a menta, o revelando las razones por las cuales ya no tiene su abrigo de pieles, Sally Bowles en manos de Laferte es compleja, real, fracturada y digna de aplaudirse. A su lado, Flavio Medina se apropia del MC, le imprime su propio sello, al alejarse de interpretaciones que han tendido a lo no binarie, para hacer del retorcido narrador un ser que explota con energía masculina en la mejor manera posible, resultando en un ser peligroso en cuán deliciosamente seductor es. Igualmente destacable es el trabajo que realiza Anahí Allue en el papel de fräulein Schneider, un rol que aporta peso de realismo a una obra que es esencialmente onírica. El resto del elenco alternante, conformado por Bruno Bichir, Julián Segura, Armando Arrocha, Gicela Sehedi, Alberto Lomnitz, Luis Miguel Lombana, Renatta Bagó, Beto Torres, Astrid Prado, Sofía Peleteiro, Yazel Rojo, Efraín Félix, Jorge Garza, Tomi Martínez, Pablo Rodríguez, May Rubino, Augusto Fraga, Teresa Ríos, Ignacio Pereda , Damiana Bej y Marco Camarena, realiza un estupendo trabajo actoral tanto para poblar Berlín de 1930 como para habitar al Kit Kat Club de toda su fauna humana.
“Damas y caballeros, ¿dónde quedaron sus problemas?”
En el país del norte, en este preciso instante, se están realizando redadas para atrapar inmigrantes indocumentados, para después ser deportados, no necesariamente a sus países de origen, o ser encerrados en lo que se podría considerar como campos de concentración. En el otro lado del planeta, en Gaza, en este preciso instante, un genocidio está sucediendo mientras que el mundo entero pareciera ser testigo silente e inoperante. En este preciso instante, el retorcido universo del Kit Kat Club pareciera haberse apoderado del mundo, un mundo que quiere aparentar a toda costa que aquí la vida es bellísima, aunque apeste a sangre.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Cabaret
LIBRETO: Joe Masteroff
MÚSICA: John Kander
LETRAS: Fred Ebb
ADAPTACIÓN Y TRADUCCIÓN: Enrique Arce, Mauricio García Lozano y Pablo Chemor.
DIRECCIÓN: Mauricio García Lozano
ELENCO: Mon Laferte, Flavio Medina, Anahí Allué, Bruno Bichir, Julián Segura, Armando Arrocha, Gicela Sehedi, Alberto Lomnitz, Luis Miguel Lombana, Renatta Bagó, Beto Torres, Astrid Prado, Sofía Peleteiro, Yazel Rojo, Efraín Félix, Jorge Garza, Tomi Martínez, Pablo Rodríguez, May Rubino, Augusto Fraga, Teresa Ríos, Ignacio Pereda , Damiana Bej y Marco Camarena (alternan funciones).
DÓNDE: Teatro Insurgentes
DIRECCIÓN: Insurgentes Sur 1587, Colonia San José Insurgentes.
CUÁNDO: Viernes 20:30, sábados 19:00 y domingos 17:30 horas.
COSTO: $2650, $1800 y $750. Boletos en taquilla y en Cabaret
DURACIÓN: 150 minutos con un intermedio de 20 minutos.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking.

Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.