Para quienes quieren aplaudir una de las propuestas más originales sobre la obra de Shakespeare.
ALGO DE UN TAL SHAKESPEARE
Por Juan Carlos Araujo
“¿El dedo? ¿Se muerde el dedo?”
Julieta llora ácidas lágrimas de limón mientras que Romeo se disfraza de un héroe arácnido. La ambición de Macbeth es una hornilla que arde a altas temperaturas y la belleza de la emperatriz de Roma está en un trapeador y un par de melones. Se avecina una tempestad donde el agua saldrá volando por los cielos, la guerra entre los Capuleto y los Montesco es una sandía que explota; el fuego de tres brujas se adereza con sal y el amor de una joven cebollín se verá truncado antes de que logre florecer. Esta cocina será el lugar ideal para contar cuatro trágicos relatos, producto de la imaginación del más grande dramaturgo de todos los tiempos. ¿Todo esto suena extraño, incluso bizarro? No lo es. Es Shakespeare en todo su esplendor.
“Que no se os vuelva a ocurrir turbar la paz de la ciudad.”
Nadie discute la importancia, relevancia o influencia que ha tenido la dramaturgia de William Shakespeare dentro de la literatura universal, el teatro, las artes en general, e incluso en la cultura pop. Sin embargo, cada día resulta un poco más complicado acercar a un nuevo público no conocedor y, muy posiblemente, totalmente desinteresado a la obra del bardo inglés. Dado que las tragedias de “Romeo y Julieta”, “Macbeth”, “Tito Adrónico” y “La Tempestad”, obras escirtas hace más de cuetrocientos años, son percibidas como largas, aburridas, tarea o algo peor por toda una generación de milenios que pareciera sólo tener interés en el último video viral en YouTube, Adrián Vázquez se ha dado a la tarea de reinterpretarlas en un espectáculo alucinante, casi surrealista e hilarante intitulado “Algo de un tal Shakespeare”.
“Se sueltan los madrazos, pero no a golpes, sino a espadazos.”
Posiblemente Adrián Vázquez es mejor conocido por su trabajo como actor en la exitosísima comedia de Alejandro Ricaño “Más Pequeños que el Guggenheim”. Sin embargo, este multitalentoso artista ha demostrado con su dramaturgia y dirección en obras como “El Hijo de mi Padre” o “Wenses y Lala” (críticas en
www.entretenia.com), donde también actúa, ser una de las figuras más importantes dentro de la escena mexicana contemporánea. Ahora, con su más reciente propuesta, “Algo de un Tal Shakespeare”, Vázquez alcanza nuevas alturas con una propuesta innovadora, desbordante de humor e imaginación que lleva al espectador a ser testigo de una vorágine escénica posiblemente nunca antes vista.
“¡Van a estar todas las chiquibabies de Verona!”
Una mesa de cocina profesional, cargada de todo tipo de frutas, verduras, cuchillos, licuadoras, sartenes y demás utensilios, es el escenario donde Adrián narra con diálogos frescos, irreverentes y carentes de toda seriedad cuatro tragedias shakesperianas. “Romeo y Julieta” es una ensalada de frutas y verduras que deja boquiabierto al espectador ante la inventiva con que se cuenta la historia, al mismo tiempo que se cuida de no terminar cubierto de todos los alimentos que salen volando cuando comienzan las batallas; “Macbeth”, en un tono mucho más serio, explica las razones de por qué esta es la tragedia de la imaginación, a partir de tres sartenes en llamas y un horno eléctrico; “Tito Andrónico” nos regresa a un estado de euforia y deleite a medida que los globos de agua explotan alrededor de todo el escenario y unos sangrientos pasteles se preparan sin manos o sin lengua; “La Tempestad” es el cierre perfecto y enloquecido para una exquisita velada. Con evidente conocimiento, impecable sentido del humor y absoluto respeto, Vázquez ha conseguido en “Algo de un tal Shakespeare” la mejor reinterpretación que yo haya visto a la obra de Shakespeare.
“No manches Titus… de sangre tus manos.”
La dramaturgia no sería nada sin la igualmente acertada dirección que Adrián ha impuesto para su muy divertido montaje. El aprovechamiento del espacio, el vestuario, referencias directas a elementos de la cultura pop como Kill Bill, pacman o Batman en la sonorización, un impecable sentido del ritmo tanto de comedia como de farsa, el tono juvenil y desparpajado de todo lo que ocurre en escena, toda una serie de elementos que apoyan una propuesta que se balancea entre el performance, el absurdo y un gran homenaje a Shakespeare. Quien ha tenido la fortuna de ver otros trabajos dirigidos por Adrián quedarán boquiabiertos ante el logro monumental que ha conseguido en “Algo de una tal Shakespeare”, al mostrar una gran madurez como creador escénico al mismo tiempo que se comporta como el más inmaduro adolescente, lanzando comida por los aires.
“¡El color moro no existe!”
Una visión tan atrevida, innovadora y compleja como lo es “Algo de un tal Shakespeare” requiere de actores que se comprometan de lleno con el proyecto ya que la obra es un reto verdaderamente difícil de abordar. A nivel físico, el montaje exige de un nivel de energía altísimo, mismo que se debe de sostener durante los casi noventa minutos que dura la función; a nivel emocional, los participantes requieren de una confianza y comunicación total, no sólo entre ellos, sino con el público mismo con quien se tienen que conectar directamente los dos actores en escena para dejarse llevar por todas las locuras que están por presenciar. Sara Pinet, a quien recientemente aplaudí en “Adiós y Buena Suerte” (crítica en
www.entretenia.com), es una estupenda elección ya que verdaderamente emana una frescura, una juventud desbordante de energía que se contagia y que logra ganarse a todo el público a minutos de empezada la función. Pinet se entrega con gula a la obra, demostrando que una verdadera actriz no teme llevar su trabajo hasta las últimas consecuencias. A su lado, Adrián Vázquez sirve como contrapeso a Pinet, ya que mientras que Vázquez, con su cara de pocos amigos, consigue la comedia a partir de actuar con toda seriedad, Sara lo logra con una interpretación que pareciera empujar en dirección opuesta. Ying y Yang se encuentran en escena, dos muy talentosos artistas con interpretaciones igual de poderosas, a partir de estilos muy diferentes, fórmula exquisita para este montaje.
“Una emperatriz disfrazada de la venganza es alegoría de la pendejez.”
Hace años “Las Obras Completas de William Shakespeare Abreviadas” logró acercar a todo un nuevo público a las obras del bardo inglés, provocando fuertes carcajadas a partir de una propuesta sumamente original. Lo que Adrián Vázquez ha logrado con “Algo de un tal Shakespeare” es superior, mucho muy superior. Esta obra debería estar en Londres o en Broadway. Ese fue el primer pensamiento que cruzó mi mente mientras mis manos estallaban en aplausos y me levantaba de mi asiento para ofrecerles una ovación de pie al término de la función. Esta no es una propuesta que debe quedarse en una corta temporada en el INBA para después tener que buscar espacios alternativos como La Gruta, La Capilla o cualquier otro teatro en la ciudad. No. Adrián Vázquez ha escrito y dirigido una obra maestra y como tal merece la mayor difusión, promoción y público que se pueda conseguir en esta ciudad o en cualquier parte del mundo. Felicidades Adrián, me quito el sombrero ante ti.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Algo de un tal Shakespeare”
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Adrián Vázquez
ACTÚAN: Sara Pinet y Adrián Vázquez.
DÓNDE: La Teatrería
DIRECCIÓN: Tabasco 152, Colonia Roma
CUÁNDO: Sábado 21:00 y Domingo 20:00 hrs.
COSTO: $250 Boletos en taquilla, www.lateatreria.com
DURACIÓN: 60 minutos sin intermedio
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking.
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