Por Juan Carlos Araujo | 23 enero, 2014 0 Comentarios

Para quienes quieren ver una comedia negra sobre la búsqueda de La felicidad, interrumpida.

2:14 pm

 

“¿Es bello lo negro que ves?”

 

El nerd quiere un beso, la gorda ser flaca, la punk busca ser rebelde, el drogo una relación geriátrica, mientras que el profesor necesita urgentemente vacaciones y la madre quisiera ser invisible. La búsqueda de identidad, amor, felicidad, paz, libertad; una carrera que recorremos durante toda nuestra vida sin nunca saber cuándo acabará. Las respuestas pueden llegar demasiado tarde.

“¿Cómo calificaría su grado de plenitud personal?”

 

Hacer reír a un público, hacerlos incluso carcajearse, de situaciones que nunca fueron chistosas para comenzar, es la marca de una gran comedia de humor negro. La rebeldía de Katherina es ridícula, tanto como su tatuaje de pantera, así como las alucinaciones de Francisco, producto del consumo de sustancias ilegales; me reí muchísimo con la ceguera de Becerril o con la golfería de Jade. Un baile verdaderamente divertido que terminaría de serlo de golpe a las 2:14 pm, la hora en que la comida dejó de saber a arena y aparecería para siempre una máscara de golondrina.

“32,887 es las veces que me llamaron gorda.”

 

Escrita por el dramaturgo canadiense David Pasquet, “2:14 pm” explora la mente de seis personalidades, totalmente distintas, que terminan uniéndose en una hora, un preciso momento en que el tiempo se detiene para nunca más volver a andar. Una comedia negra que consigue enamorar al público con cada uno de sus personajes para dejar en nuestra boca, tras reír tanto, el amargo sabor de la hiel.

“No eran alérgicas, sólo no estaban interesadas.”

 

Una obra como “2:14 pm” es poderosa por sí misma debido a su fuerte premisa. Sin embargo, cuando a esta le sumamos el gran talento del director Boris Schoemann, Director Artístico del Teatro La Capilla y fundador de la Compañía Teatral “Los Endebles”, el resultado es sin igual. Schoemann siempre se ha caracterizado, al menos en los trabajos que yo le he visto, por su gran manejo espacial y su capacidad de crear cuadros escénicos que se queman en la mente de uno como espectador. En “2:14 pm”, el baile que nos presenta como hilo conductor resulta inquietante en un principio, hipnótico a medida que la obra continúa y desgarrador en su final. Con un ritmo que atrapa con risa en el primer minuto de la obra y que no suelta ni una sola vez hasta llegar a una cuenta regresiva sencillamente aterradora, Schoemann logra potencializar cada uno de los personajes creados por Pasquet.

“Me dije que eso era la felicidad y tuve ganas de probarla.”

 

Una cualidad adicional de Boris Schoemann es la de juntar grandes elencos. Todavía recuerdo cuan impecable era el trabajo de los participantes originales del montaje de “Los Endebles”, que contara con las actuaciones de grandes talentos como Josejuan Meraz y Hugo Arrevillaga. “2:14 pm” tiene el impacto que consigue gracias a una unidad actoral sólida que se mueve en perfecta armonía, tal y como lo exige la coreografía de la obra misma. Todas las emociones que encierra el silencio de María José Jiménez como la madre, están al mismo nivel de las ilusiones inocentes que transmite José Antonio Becerril como el ñoño Becerril. Cada uno de los integrantes de “2:14 pm”, la mayoría miembros de la compañía teatral “El Coro de los otros”, consigue una fuerte interpretación de su personaje. Sin esto, créanme que la obra no conseguiría ni la mitad del impacto necesario para un final tan contundente.

“Había un extraño en mi nido.”

 

Hay muchas cosas más de las que quisiera escribir en relación a “2:14 pm”, pero me temo que de hacerlo revelaría el final y el secreto que conlleva el título. Ciertamente la obra me remitió directamente a una película de Tilda Swinton del 2011 (los que sean curiosos se arruinan el final), pero la comedia negra se sostiene por sus propios méritos. Un texto poderoso, una dirección precisa y un elenco fuerte consiguen que “2:14 pm” haga recordarme, una vez más, lo importante que es vivir, ser feliz, disfrutar de la vida y encontrar nuestro camino. Nunca se sabe a qué hora cambiará todo. Para algunos podría ser a las 2:14 pm.

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