LA VIDA ES SUEÑO

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Para quienes quieren ver uno de los más bellos autos sacramentales del Siglo de Oro español.

LA VIDA ES SUEÑO

 Por Alejandro Velázquez Hernández @velalejo
Fotografías: Cortesía del INBA
 
 
Se ven las esferas del Aire, del Agua, de la Tierra y del Fuego.”
 

Dios creó al cielo y la tierra en un manto oscuro únicamente iluminado por los astros; así inicia la puesta en escena. En un vacío desolador se hará la luz por cuatro halos ubicados simétricamente en un cuadro ocupado por un cuarteto de personajes alegóricos: Aire, Agua, Tierra y Fuego. Cada uno de ellos con una virtud, un baile cósmico, un propósito en un mundo apenas primigenio. Su danza se manifestará en la creación ordenada por un triunvirato de entidades superiores y más abstractas: la Sabiduría, el Amor y el Poder. Todas ellas se unirán para crear al Hombre, quien siendo el portador del saber y de la libertad decidirá el destino de su estirpe futura.

Y yo, en fe de que lo admito, de los limos de la Tierra, con este polvo te sirvo, para tu formación.”
 

El auto sacramental “La Vida es Sueño” fue escrita por Calderón de la Barca, uno de los mayores dramaturgos del Siglo de Oro español, para narrar la creación del Universo y del Hombre así como la caída del Ángel. En esta obra se presentan una serie de figuras que representan algunos conceptos bíblicos pero que, por su naturaleza abstracta, también están sujetos a diversas interpretaciones. Lo verdaderamente magistral de la dramaturgia de Calderón de la Barca radica en mantener en sus personajes ciertos rasgos humanos (Amor tiene un carácter más pasivo mientras que Poder tiene una severidad notable y Sabiduría es muy prudente), además de un propósito claro que ayuda a contar tan magna historia. El triunvirato tiene como objetivo ayudar al Hombre en su camino a la vida eterna, siendo portador emblemático de las cualidades y defectos de toda una raza, un ser que evoluciona de acuerdo a lo drástico de sus experiencias. Por otro lado, el Príncipe de las Tinieblas, es decir, el Ángel caído o Satanás, se caracteriza por su sentimiento de desprecio y envidia sin igual ante el estado privilegiado del Hombre, la obra perfecta de Dios; es un ser que merece la compasión del público durante sus monólogos dado que se encuentra por debajo de cualquier otro ser.

¡Oh, humana naturaleza, con qué horror, con qué tristeza mis palabras ruinas ven tus desdichas ya!”
 

Uno de los aspectos sobresalientes en “La Vida es Sueño” es la forma en que el director Claudio Valdés Kuri supo establecer cambios definidos de ritmo a lo largo del montaje. La aceleración con que todos los personajes llegan a un éxtasis total se contrasta directamente con estados de total pasividad. Ejemplo de esto se aprecia en una de las escenas más caóticas que he visto en este año, donde el Hombre ha perdido su lugar en el paraíso terrenal. A medida que la duda se apodera lentamente del corazón del Hombre y sucumbe ante la tentación del pecado, con brusquedad entra en una decadencia, dejándose caer en un torbellino desenfrenado que lo animaliza y degrada; esta vorágine es acompañada con distintas canciones de diversos géneros musicales que provocan un estruendo hipnotizante en el espectador. Una vez que este jolgorio llega a clímax, se crea un momento de silencio, las luces del escenario se encienden y el asistente de dirección es el encargado de revivir a los actores rendidos en el suelo para que continúen con el auto sacramental. De esta manera el desacelerado trance se pacifica al mismo tiempo que el texto original es desplazado por Kuri con una ironía loable que hace reír nerviosamente al público, antes embebido.

Absorto y confuso estoy gran Poder, Amor y Ciencia; si esto también es dormir, a nunca despertar duerma.”
 

Posterior a su caída, tras haber quedado abandonado y sin recordar con claridad su antigua vida, encontramos al Hombre en un espacio vacío, iluminado apenas por un halo de luz, lamentando su despertar y el distanciamiento de su anterior vistosidad. Este juego de contrastes visuales, a partir de una muy eficiente iluminación de claroscuros, es también una de las características más destacables de la dirección de “La Vida es Sueño”.

¿Quién me dirá si Teatro, que a la vista representa viva muerte y muerta vida,  es victoria o es tragedia?”
 

El drama emocional mostrado por los actores otorga a sus personajes cualidades ya sean patéticas o lastimeras según la situación. Es necesario señalar que el estilo barroco, al ser un texto rico en figuras retóricas y rebuscado por naturaleza, debe ser transmitido por el intérprete de la manera más clara posible, algo que logra la mayoría del conjunto actoral al cien por ciento. Kaveh Parmas, se adentra profundamente en su papel del Príncipe, aun cuando una dicción más precisa ayudaría a un mejor entendimiento por los asistentes. Se aplaude la labor de Cristóbal García-Naranjo como la Sombra por su caracterización, a veces graciosa cuando el personaje cae en ridículo y otras más dramáticas al ser presentado como un ser aberrante. El Entendimiento, interpretado por Gastón Yanes, genera risas cada vez que interactúa con el Albedrío, protagonizado por Guillermo García Proal, hecho muy agradecido debido a la densidad de la obra.

Gloria a Dios en las alturas y paz al Hombre en la Tierra.”
 

Actualmente la religión, la fe misma, creer en algo espiritual no es cosa fácil. Eso no implica, en lo más mínimo, que un espectador no pueda disfrutar, valorar y aplaudir un montaje de un auto sacramental como “La Vida es Sueño”. Independientemente de cualquier creencia, siempre es valioso acercarse a conceptos como el amor, el perdón, el despertar de la ceguedad y la bestialidad humana;  aprender a levantarse del fracaso; usar el ejemplo de acuerdo al entendimiento y a una ética individual. Si bien es cierto que esta obra presenta una complejidad textual debido a su lirismo barroco, al mismo tiempo se percibe una sencillez muy cálida, creada por toda la compañía teatral para hacer gozar y reflexionar al público. Si el mundo es un sueño, entonces hay que vivirlo apasionadamente, con la fuerzas suficientes para no ser derrotado por todo los conflictos banales del mundo; si uno cae, como el Hombre, entonces hay que levantarse, si uno vuelve a sucumbir, de nuevo es posible despertar de la caída. Sólo la muerte, la que nos quita el último suspiro, nos puede impedir vivir y, tal vez, soñar.

 
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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “La Vida es Sueño”
DRAMATURGIA: Pedro Calderón de la Barca
DIRECCIÓN: Claudio Valdés Kuri
ACTÚAN: Rodrigo Carrillo, Fernando Sakanassi, Fernando Huerta, Javier Rojas Trejo, Miguel Ángel López, Alcibiades Zaldivar, Edwin Calderón, Cristóbal García-Naranjo, Kaveh Parmas, Marcos Escalante, Alberto Santiago, Gastón Yanes y Guillermo García Proal.
DÓNDE: Teatro el Galeón, en el Centro Cultural del Bosque
DIRECCIÓN: Paseo de la Reforma y Campo Marte S/N
CUÁNDO: Jueves 20:00, Viernes 20:00, Sábado 19:00 y Domingo 18:00 hrs. 
COSTO: $150 entrada general. Aplican descuentos. Boletos en taquilla y ticketmaster.
DURACIÓN: 150 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: El Centro Cultural del Bosque cuenta con una extensa cartelera en sus diferentes teatros, les recomendamos revisarla. Cuenta con dos estacionamientos gratis al mostrar sus boletos para la obra. 
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"Los cacaos de los cacahuetales no dan cacahuetes, sino cacao. Los cacaos de los cacahuetales no dan cacahuetes, sino cacao. Los cacaos de los cacahuetales no dan cacahuetes, sino cacao." –Eugène Ionesco, "La Cantante Calva"–

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